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De acuerdo a la edición del último trimestre de 2017 del Workmonitor, estudio de tendencias de la consultora de RR.HH. Randstad; la satisfacción de los chilenos con su actual empleador subió 6 puntos porcentuales (pp) en 12 meses y 4 en relación al trimestre inmediatamente anterior, llegando a 73% de trabajadores satisfechos o muy satisfechos con su actual empleo. Con esto, Chile alcanza la cifra más alta desde que se realiza el informe  y ocupa la posición número 15 entre los 33 países que participan en la investigación, escalando 12 posiciones en el ranking global en un año y dejando atrás resultados por debajo el 60%, observados en 2010 (57%) y 2013 (58%).

Este escenario confirma el pronóstico que la consultora ha venido realizando hace un par de años: que las compañías están haciendo cada vez más esfuerzos por mantener motivados y comprometidos a sus empleados, por lo tanto, ir mejorando poco a poco el índice de satisfacción era un hecho que se iba a dar de manera natural. Incluso, desde hace algún tiempo las empresas dejaron de invertir solo en captar y fidelizar clientes y comenzaron a destinar recursos en employer branding, es decir, en programas para atraer y retener a sus trabajadores, tanto a los actuales como a los que están por venir, destacando las características y ventajas que todo candidato desea tener en una compañía, como planes de desarrollo de carrera, crecimiento profesional, formación, flexibilidad laboral, plan de beneficios, buen clima laboral, responsabilidad social y compensaciones, entre otros. 



Sin embargo, no obstante los esfuerzos, Chile aún está lejos de los primeros lugares del ranking de satisfacción laboral, que alcanzan cifras por sobre el 80%. Para intentar responder por qué, es necesario mirar otros indicadores, como por ejemplo la tabla de países con más horas de trabajo de la OCDE, en la cual Chile ocupa el lugar número 5. Esto significa que, los chilenos están en la oficina 200 horas más al año que el promedio de la organización internacional, con una productividad que solo llega a la mitad de las naciones que la integran. Así, para seguir creciendo en satisfacción, pero al mismo tiempo en índices de producción, una de las soluciones es generar un cambio cultural de fondo, es decir, que además de lo mucho que se ha avanzado en términos de marca empleadora, las organizaciones logren generar engagement  por medio del trabajo por objetivos y la implementación de una evaluación de desempeño por resultados que se apegue fielmente al cumplimiento de las metas propuestas. Con esto, el tema del horario de trabajo pasa a segundo plano 



En cuanto a los rangos etarios, los profesionales más satisfechos con su actual empleador se encuentran entre los 18 y 24 años, con 80% de personas que manifiestan estar a gusto o muy a gusto con su compañía, seguidos por los trabajadores de 35 a 44 años (73%), luego por aquellos entre 55 y 67 (72%), los de 45 a 54 (71%) y por último los de 25 a 34 años (69%); pero vale la pena destacar que todas las cifras están por arriba del 65%.



Respecto a las diferencias entre países, el estudio arroja que los colaboradores más contentos con su compañía se encuentran en México, con 83%; India, con 80%; y Estados Unidos, Dinamarca y Noruega, todos con 79%; mientras que los más disconformes están en Japón, con solo 41% de satisfacción laboral; seguido por Hong Kong (48%) y Hungría (54%). De los países Latinoamericanos que participan en el estudio, luego de México viene Brasil (76%), luego Chile (73%) y finalmente Argentina (70%).



Miedo a perder el empleo

En cuanto al temor a perder el empleo, el índice subió 2,1 pp en comparación al periodo inmediatamente anterior, con 7% de personas con “gran miedo” a quedarse sin trabajo, pero bajó 0,2 pp en relación al cuarto trimestre de 2016. Respecto a las edades que representan con mayor fuerza esta sensación se encuentran las personas entre 25 y 34 años, con 9%; seguidas por aquellas entre 45 y 54 años, con 8,3%; lo que es natural porque es la etapa laboral que se podría considerar más competitiva, en la cual los ejecutivos hacen carrera o se estancan. Aparte, para este último rango etario cobra fuerza la irrupción de las nuevas tecnologías y el cambio que éstas han generado en la forma de mirar y entender los negocios, además del impacto que las generaciones Y y Z están teniendo en el mundo laboral, lo que hace que se sientan un poco desventaja. 



Respecto a las proyecciones, hay que ser cuidadosos, ya que muchas veces se genera más incertidumbre de la necesaria. Aparte, el miedo a perder el empleo depende tanto de factores organizacionales internos como de variables externas de mercado, por ejemplo, la promulgación de una ley que afecte a un rubro en particular. Por otro lado, las empresas deben ser muy claras al transmitir los mensajes, especialmente aquellos que puedan generar alarma en los trabajadores y aquí las políticas de comunicación interna son clave.



Sobre Workmonitor:

El Workmonitor de Randstad se puso en marcha en los Países Bajos en 2003, luego en Alemania, y actualmente abarca 33 países de todo el mundo (Europa, Asia Pacífico y las Américas). La presente edición se realizó entre empleados de 18-65 años que trabajan un mínimo de 24 horas a la semana y que tienen un trabajo remunerado (no independientes). El tamaño de la muestra para esta edición es de 405 profesionales chilenos.