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Scrum es el nombre con el que se denomina a un proceso en el que se aplican de manera regular un conjunto de buenas prácticas para trabajar colaborativamente, en equipo, y obtener el mejor resultado posible de un proyecto.



Originado en la industria del software, cada vez más empresas se inician en este método de management especialmente indicado para proyectos que se desarrollan en entornos complejos, en el cual los requisitos son cambiantes o los alcances no están bien definidos, pero en los que se necesita obtener resultados rápidamente; además de en todas aquellas situaciones en las que la innovación, la competitividad, la flexibilidad y la productividad son factores críticos.



Aquí van algunas claves de una metodología que crece en adeptos alrededor del mundo:

  • ¿Qué es? Un método o modelo de management de proyectos centrado en grupos de trabajo reducidos y períodos cortos. Está inspirado en el rugby, en el momento en el que se disputa la pelota para volver a poner en juego y se caracteriza por la realización de entregas parciales y regulares del producto final, priorizadas por el beneficio que aportan al cliente o receptor del proyecto.


  • ¿En qué se basa? Se centra en la agilidad del proceso, en el desarrollo incremental en oposición a un plan integral de finalización de un proyecto y está directamente dirigido a la interacción entre el cliente y el equipo. Un principio relevante de esta metodología tiene que ver con el reconocimiento de que el cliente podrá cambiar de idea sobre lo que quiere o necesita durante el avance del proyecto. Scrum prioriza una aproximación pragmática, aceptando que el problema no puede ser completamente definido de antemano y se focaliza en maximizar la capacidad del equipo de avanzar en forma ágil y de responder a los imprevistos que se presentan durante el proceso.


  • ¿Cómo se conforman los equipos? Se integran con pocas personas, deben ser multidisciplinarios y todos deben aportar al proceso de desarrollo. Por lo tanto, no hay un líder creativo, sino que el equipo se basa en roles y en un liderazgo situacional. Además, hay un scrum master, que funciona como facilitador del equipo.


  • ¿Cómo se implementa? Los proyectos que utilizan esta herramienta se dividen en sprints o iteraciones, es decir, ciclos cortos y repetitivos de un máximo de 4 semanas. Al final de cada sprint hay una versión del producto final a presentar y sobre la experiencia del sprint anterior se construye el siguiente. La clave aquí es que entre cada sprint el cliente proporciona un feedback que se vuelve fundamental para la agilidad que caracteriza al proceso.


  • ¿Dónde está la innovación? Como destacan los expertos de Kleer, una firma de coaching especializada en metodologías ágiles, el método propone otorgar el mando y las decisiones a los que realizan el trabajo. Esto significa una superación de las estructuras jerárquicas de gestión tradicionales, a través de las cuales los mandos superiores determinan y orientan el trabajo y los resultados de sus dependientes.


  • ¿Cuáles son los beneficios? Entre los más relevantes se destacan la flexibilidad ante los cambios, la reducción del “time to market”, una mayor productividad, la maximización del retorno de la inversión (ROI), la optimización de los tiempos y recursos y la reducción de los riesgos.

Del rugby al desarrollo de software y de allí al management. Con la agilidad y la interacción en equipo como principales fundamentos, el método Scrum pisa cada vez más fuerte entre los métodos de gestión.