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El incremento de la eficiencia es un aspecto importante para aumentar la calidad de tu trabajo y con ello conseguir mejorar tu valor profesional, que se traduce en nuevas oportunidades de crecimiento en tu carrera. De ahí que sea interesante esforzarte con el fin de lograr que tu rendimiento sea lo más alto posible, para que así puedas ganar en competitividad y sacar a relucir todo tu talento.



Ser productivo no siempre es sencillo, porque en ocasiones debes realizar tareas que son complejas y necesitas tiempo para poder completarlas correctamente. Sin embargo, hay multitud de aspectos que sí puedes controlar para mejorar la eficiencia en tus funciones y así elevar el valor que aportas a tu empresa mientras creces profesionalmente. Para lograr esto, es interesante que tengas en cuenta una serie de puntos clave, entre los que destacan los siguientes:

  1. Tu descanso es fundamental

    Dormir 8 horas al día es clave para que el cuerpo y la mente se recuperen del desgaste de la jornada y estén preparados para la siguiente. Sin embargo, no solamente es recomendable que vigiles la cantidad del sueño, sino también la calidad. Si consigues ser regular en tu descanso diario, notarás que completas las tareas de una manera más fluida y efectiva.


  2. Adecúa tu lugar de trabajo

    En ocasiones, es habitual que las prisas a la hora de realizar las tareas designadas lleven a tener la zona de trabajo desordenada, no solamente los espacios físicos, sino también los virtuales (carpetas, documentos, bandejas de entrada, bases de datos, etc.), algo que supone un inconveniente a la larga. Por lo tanto, si te esfuerzas en mantener un orden, conseguirás ahorrar tiempo a la hora de buscar los documentos o datos que necesites.


  3. Fíjate objetivos diarios

    Si es importante la organización de tus elementos de trabajo, lo es más aún la de las tareas de cada jornada. En este sentido, es recomendable que sepas priorizar aquello que sea más urgente y conforme a ello planifiques de manera realista el tiempo que llevará cada tarea. Gracias a ello, podrás llevar un seguimiento de todo lo completado y lo pendiente; así, estarás en disposición de cumplir los objetivos y aumentará tu satisfacción por el trabajo realizado.


  4. Evita la multitarea

    Las posibilidades tecnológicas pueden fomentar la simultaneidad de tareas, algo que no suele ser productivo, porque provoca que dividas tus esfuerzos y no puedas poner el cien por cien de tu concentración en ninguna de ellas. Esto te hace más proclive a cometer errores, que, sin duda, suponen una importante pérdida de tiempo.


  5. Realiza pausas controladas

    Cuando aumenta la carga de trabajo, puedes pensar que el hecho de reducir o suprimir los descansos de tu jornada te ayudará a ahorrar tiempo. Sin embargo, el rendimiento y la calidad de tu trabajo será superior si realizas varias pausas, que te servirán para despejar la mente, minimizar el estrés y retomar las tareas con más eficacia. Estos parones deben ser breves, pero suficientes para que resulten efectivos.


  6. Evita la procrastinación

    Este término se refiere a la frecuente práctica de posponer tareas para más adelante, lo que puede provocar que después no dispongas del tiempo suficiente para realizarlas correctamente. Es aconsejable que las lleves a cabo con antelación para que la calidad del trabajo sea superior. Además, esta práctica te ayudará en la puesta en marcha de proyectos en equipo, al conseguir un margen de maniobra mayor.


  7. Afronta lo más difícil al principio

    Normalmente, la energía y capacidad de concentración son más altas al principio de la jornada laboral. Por ello, en ese momento te resultará más sencillo completar las tareas más complejas. En cambio, al final de la jornada, el cansancio es mayor y, como consecuencia, la mente no está tan preparada para acometer retos de alta dificultad. Por esa razón, resulta más conveniente que tus tareas vayan disminuyendo de dificultad a medida que avanza la jornada.


  8. Acepta responsabilidades

    Involucrarte en nuevos proyectos de mayor peso hará que te sientas más relevante en la empresa y aumente tu motivación ante nuevos desafíos más estimulantes, haciendo que trabajes con más ganas, lo que contribuye positivamente a tu productividad. Sin embargo, es importante que tus responsabilidades vayan en consonancia con tus capacidades; de lo contrario, el efecto sería negativo.


  9. Trabaja en equipo

    Un problema muy frecuente que lastra la productividad es el bloqueo a la hora de completar las tareas, ante lo que pedir opinión a los compañeros para obtener nuevas ideas suele ser una de las soluciones más eficaces. De esta manera, podrás continuar tu trabajo de manera fluida y, además, generarás vínculos productivos útiles para todos de cara al futuro.


  10. Desconecta fuera de tu lugar de trabajo

    Las tecnologías de la comunicación permiten estar en conexión con el mundo en todo momento. Esto tiene multitud de ventajas, aunque, al mismo tiempo, dificulta la tarea de mantenerse alejado del ámbito laboral durante el tiempo de descanso. Es importante recordar que cuando estés fuera del trabajo debes tener la mente apartada de las obligaciones laborales, para así evitar el desgaste extra que puede sobrevenir.

La productividad en el trabajo beneficia notablemente el crecimiento profesional de los trabajadores y a la vez el éxito de las empresas. Esto hace recomendable que estudies tu grado de eficiencia y, a partir de ello, detectes tus áreas de mejora con el fin de sacar el mejor partido a tu talento. Si lo consigues, tus posibilidades de crecimiento serán mayores y obtendrás un gran refuerzo profesional.