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Al parecer, el avance de las tecnologías, su masificación y la creciente inversión de las empresas en la adopción de sistemas cada vez más complejos y sofisticados para agilizar todo tipo de procesos, han comenzado a impactar la percepción de los chilenos en cuanto a la posibilidad de que sus funciones laborales sean automatizadas.

De acuerdo a la última edición del Workmonitor, estudio trimestral de tendencias de Randstad, 55% de los trabajadores piensa que desarrolla tareas rutinarias o repetitivas, las cuales podrían ser reemplazadas por una máquina en el mediano plazo; 24% más que hace un año, cuando esta cifra llegaba al 31%. Con esto, Chile avanza 4 posiciones en el ranking sobre automatización laboral, ya que en 2016 se posicionaba en el número 10 entre 34 países; mientras que ahora ocupa el 6. Con respecto a los países que llevan la delantera en esta materia, se encuentra India, con 80%; Turquía, con 76%; Malasia, con 74%; China, con 70%; y Brasil, con 60%.



Desde la consultora de Recursos Humanos explican que esta evolución es natural, debido a que tanto en los periódicos como en los encuentros empresariales estamos permanentemente leyendo y escuchando sobre las consecuencias que traerán las nuevas tendencias tecnológicas, las que no solo van a revolucionar los procesos de negocio de las organizaciones y de la sociedad en general, sino que también generarán repercusiones directas para el mercado laboral.

Y es que, gracias al Internet de las Cosas, por ejemplo, se creará el potencial necesario para automatizar un gran número de procesos que hasta hoy eran manuales. Ahora bien, no conviene ver esto como una amenaza, sino más bien como una transformación de la fuerza de trabajo, en donde poco a poco irán apareciendo nuevos puestos con mayor foco en el análisis y la explotación de la información. Así, habilidades como el análisis de datos, la toma de decisiones, la solución de problemas, el pensamiento creativo y la comunicación efectiva serán habituales en el currículum de los candidatos.



Asimismo, 71% de los encuestados dice que necesita adquirir más skills digitales para garantizar su empleabilidad en el futuro, lo que refleja preocupación por mantenerse actualizado y por ser capaz de manejar las nuevas herramientas y aplicaciones que salen al mercado, ya que quedarse atrás en este sentido no es una alternativa, independientemente del área en la que se desempeñe el profesional.

Por esto, hoy las compañías requieren contar con gente cada vez más preparada, no solo en el área Tecnológica, sino que también en departamentos comerciales y de asistencia técnica, por ejemplo, debido a que los clientes exigen vivir una experiencia con la marca y demandan soluciones rápidas, por lo que las empresas no se pueden permitir tener trabajadores menos informados o capacitados que sus consumidores. El porcentaje obtenido por Chile en este ítem lo ubica por sobre el promedio mundial, que llega a 62%; mientras que en comparación con otros países de Latinoamérica, México lidera la tabla con 78%, seguido por Argentina con 65%, y finalmente por Brasil con 52%.



Por otro lado, 70% de los trabajadores chilenos espera ser capaz de añadir valor a su trabajo si las tareas que realiza llegan a ser automatizadas. En este sentido, se ha comenzado a hablar del nuevo perfil profesional que requerirán las empresas en un futuro cercano, cuyo valor añadido es el conocimiento. Su sello diferencial radica en su creatividad, innovación y capacidad de resolución de conflictos, habilidades que se presumen mucho más complicadas de sustituir por máquinas. Asimismo, son creativos y una fuente inagotable de generación de ideas, además de estar capacitados para reaccionar ante cualquier tipo de problema o imprevisto y ofrecer soluciones.

No se sienten identificados con la idea de pertenecer únicamente a una marca o a una compañía, prefieren desempeñar su trabajo de forma autónoma y tienen menos tolerancia a trabajar bajo instrucciones directas. Dominan las nuevas tecnologías, forman parte de los llamados early adopters, es decir, innovadores que están a la vanguardia en la adquisición de los últimos productos tecnológicos y al tanto de las novedades de los que están por venir. Y, como es de imaginar, utilizan las redes sociales como una herramienta para la difusión del conocimiento y para estar informados sobre todo lo que ocurre en el mundo.



De esta forma, queda de manifiesto que el desarrollo de nuevas técnicas e instrumentos en ningún caso viene a reemplazar las funciones que realizan los trabajadores, sino que permite que el ser humano se vaya desmarcando de labores mecánicas y siga evolucionando en todo sentido. El desafío está en ser capaz de reinventarse y conocer el valor agregado que cada persona otorga a su trabajo, más allá de las tareas mecánicas y repetitivas que realiza en el día a día.

Imagen / Pixabay