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El auge del e-commerce, la automatización de las cadenas de suministro y la revolución del Big Data, entre otros, están cambiando la forma de trabajo en el sector. Los profesionales, en consecuencia, necesitan tener habilidades y conocimientos diferentes a los que se requerían hasta ahora, ya que las máquinas se están haciendo cargo de tareas rutinarias y de gran demanda física. Sin embargo, las nuevas competencias no solo hacen referencia a aspectos tecnológicos, sino que también a aquellas que actualmente se perfilan como críticas en el mundo laboral. Así, dotes comunicacionales, facilidad para trabajar en equipo, liderazgo, capacidad para resolver problemas y tomar de decisiones rápidas y efectivas son habilidades que, si bien, siempre han sido importantes, anteriormente solo se consideraban indispensables para posiciones gerenciales. 



Es que hoy la industria no se limita a gestionar el almacenamiento de productos y su traslado, sino que ofrece servicios con valor añadido que requieren de la tecnología para aumentar la productividad, la eficiencia y cumplir las cada vez más altas expectativas de los clientes. En consecuencia, los perfiles profesionales están evolucionando en paralelo con el rubro y los operadores logísticos necesitan, por un lado, incrementar la cualificación de sus trabajadores y, por otro, atraer a analistas de datos, informáticos y matemáticos, ocupaciones que hasta el momento no tenían cabida en las empresas del sector. 



De esta forma, y a pesar del descenso observado en el crecimiento del país durante los últimos años, el sector ha ido adquiriendo mayor peso en la economía nacional. Se ha vuelto transversal a todas las industrias e imprescindible en toda la cadena de abastecimiento, ya que reduce costos e impacta directamente en los resultados de la organización. No obstante, este crecimiento precisa identificar los perfiles requeridos y sus competencias, razón por la cual es necesario desarrollar una oferta educativa que dé respuesta a los cambios organizacionales y técnicos que enfrenta la logística. Así, se hace evidente la necesidad de inyectar formación para mejorar la competitividad del sector, especialmente en puestos relacionados con e-commerce, consumo interno y puertos; aparte de que exista mayor cooperación entre el ámbito formativo y el tejido empresarial del rubro. 



Barreras para la incorporación de los jóvenes y contratación "trainee"

Por otro lado, la imagen tradicional de la industria como poco atractiva está suponiendo una barrera para el acceso de talento. Hay una falta general de conocimiento sobre la diversidad de las funciones y las carreras disponibles, por lo que es necesario difundir entre los jóvenes el alto potencial que tiene el sector, con el objetivo de que vislumbren oportunidades de desarrollo relevantes para su carrera profesional y, por ende, se interesen en estudiar carreras relacionadas, considerando que también se detecta un problema asociado al envejecimiento de las plantillas de logística y la falta de relevo generacional.



Sin embargo, precisamente una de las tendencias de reclutamiento en la industria es la contratación de “trainee”, perfecto para jóvenes recién egresados con alto potencial, a quienes las empresas buscan atraer, capacitar, desarrollar y atraer. Lo que hacen es derivar y "pasear" a los profesionales por diversas áreas claves de la compañía, ya que de esta forma los gerentes conocen sus habilidades y determinan cuál es la más idónea para determinado cargo. Asimismo, estos programas son una respuesta a la dificultad que enfrentan algunas firmas para impregnar a sus empleados de la cultura de la compañía y a los altos costos que supone contratar ejecutivos senior, los que actualmente tampoco cuentan con una abultada cartera de clientes, debido a que hoy las decisiones se están tomando de manera más conservadora en las organizaciones y ya no es común cambiar de proveedor porque un ejecutivo se cambió de empresa.