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A pesar de que no somos una región líder en igualdad de género, según el Informe Global de Brecha de Género 2015-2016 elaborado anualmente por el World Economic Forum, los latinoamericanos parecen estar unánimemente de acuerdo en las ventajas que genera contar con un ambiente de trabajo diverso.

Por lo menos así lo refleja la última edición del Workmonitor, estudio de tendencias de Randstad, en el cual 94% de los chilenos señala que prefiere trabajar en un equipo con integrantes de ambos sexos, ubicándose por sobre la media global (87%) y segundo en el ranking mundial, por debajo de Brasil (95%), empatado con Portugal y por encima de México (93%). De los otros países de la región que participan en el estudio, sigue Argentina, con 91%, ocupando el sexto lugar entre 34 países, lo que deja a este grupo de naciones alejado de aquellas que se ubican en el lado opuesto de la tabla, como Austria (73%), Alemania (76%) y Japón (77%).



De todas formas, a nivel global, los avances en paridad de género en el mercado del trabajo se han estancado notablemente desde el informe 2009-2010 elaborado por el World Economic Forum y, en términos económicos, la brecha ha bajado tan solo un 3 %. Sin embargo, no deja de ser una buena noticia que los chilenos prefieran trabajar en un ambiente mixto, puesto que también habla de la positiva incorporación que la mujer ha tenido y va a seguir teniendo en el mundo laboral. Es un tema que ha ido avanzado lento en el país y al interior de las empresas nacionales debido a temas culturales, pero se han dado pasos relevantes, como que la tasa de participación laboral de la mujer pasó de 34 a 42% en diez años, según el Censo 2012.



El estudio también reveló que 92% de los chilenos piensa que los equipos con diversidad de género logran mejores resultados que aquellos formados solo por hombres o mujeres, situando al país segundo en esta creencia, por debajo de China (94%) y por encima de Malasia (90%) y del promedio mundial (84%). Así, si bien los grupos mixtos favorecen la multiplicidad de perspectivas en una organización; para obtener logros significativos se deben considerar, en igual medida, los aportes de todos los integrantes del equipo. De no hacerlo, las empresas pierden de vista a un segmento importante del talento, desperdician la oportunidad de agregar visiones diferentes y, más relevante aún, desaprovechan aportes que pueden apuntar a obtener resultados distintos y cualitativamente superiores a los que se tenían previamente. 

No obstante lo anterior, 71% de los chilenos cree que los hombres se ven favorecidos cuando dos candidatos de distinto género son igualmente de calificados para un trabajo, un punto más alto que el promedio global (70%) y lejos de países como India (55%), Australia (60%), Suecia, México y Hong Kong, todos con 62%. A pesar de que la cifra resulta negativa a primera vista, Chile ocupa el lugar número 9 en este ranking, compuesto por 34 países, superando a Italia (79%), Francia (78%), Checoslovaquia y España (77%), Brasil (76%), Hungría y Bélgica (75%), Singapur, Malasia y Argentina (74%), China y Dinamarca (73%) y Estados Unidos (72%), naciones que muchas veces son consideradas más evolucionadas que Chile en estas materias.



Por otro lado, 65% de los consultados a nivel mundial prefiere tener a un hombre como jefe directo y la situación en Chile es similar, aunque un poco más acotada. De acuerdo al estudio, el 60% de los trabajadores nacionales opta por tener un líder de género masculino; sin embargo, en países como Japón y Grecia (80%), Hong Kong (78%) y Singapur (76%), esta preferencia alcanza niveles mucho más elevados. España tiene el índice más bajo en esta materia, con 51%; empatado con Suecia; un poco más atrás sigue un grupo de 4 naciones con 57% (Bélgica, Dinamarca, Reino Unido e India); luego se encuentran Noruega, Nueva Zelanda y Brasil, todos con 58%; hasta llegar a Canadá y Chile, con 60%.



En otro aspecto, 49% de la población laboralmente activa en el país considera positivo beneficiar a un género por encima de otro con el fin de cumplir el objetivo de la diversidad, versus Portugal y Luxemburgo (22%), Nueva Zelanda y Austria (23%) y Hungría (24%), las naciones que menos están de acuerdo con esta premisa. No obstante, más allá de implementar prácticas especiales para fomentar que las mujeres ingresen al mercado laboral, lo importante es proveer igualdad de oportunidades, las cuales estén basadas en el talento y no en el género. Estoy segura que la integración de la mujer se irá dando de manera natural, sin la necesidad de establecer cuotas.

Imagen / Pixabay