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¿Quieres pedir un aumento de sueldo y no sabes cómo?

 

Esta parece ser una de las instancias más incómodas que deben enfrentar los trabajadores durante su trayectoria profesional o, por lo menos, aquella en la que frecuentemente cometen la mayor cantidad errores, ya sea por inexperiencia acerca de la forma correcta de manejar esta situación, por desconocimiento de los salarios que se manejan en el mercado para un cargo y funciones similares, por inseguridad respecto a sus propias habilidades, por miedo a una respuesta negativa y/o por escasa capacidad para “venderse” ante su empleador.

Para no fallar en este decisivo instante, la consultora multinacional de Recursos Humanos Randstad, entrega algunos consejos sobre cómo elegir el mejor momento para conversar respecto al tema, saber qué estrategia preparar, en qué puntos centrar el discurso y qué aspectos del ámbito organizacional y laboral indagar.

Lo primero es la preparación, es decir, entender bien cómo es el proceso de evaluación de desempeño implementado por la firma, si es que lo tiene; cuáles son las actitudes y aptitudes más valoradas, cómo se determinan los aumentos de renta en la organización y si existe una política al respecto.

En la mayoría de los casos, los incrementos salariales forman parte del periodo anual de revisión de competencias, lo que significa que, por lo general, es más difícil obtener una respuesta positiva en momentos que se alejan mucho de las fechas en que finaliza este ciclo.

Por eso resulta vital conocer los procedimientos de Recursos Humanos y la performance que está teniendo la empresa antes de realizar cualquier acción, ya que elegir el minuto adecuado para hablar sobre este tema es clave si la persona quiere obtener una respuesta positiva, de lo contrario, todos los esfuerzos pueden ser en vano. Ahora, si no hay prácticas establecidas en este sentido, es posible solicitar una reunión a fin de año, dando el tiempo necesario para que se analice y evalué la factibilidad de este requerimiento.

En esta fase, también es relevante darse el tiempo para estar al tanto de las bandas salariales que se están manejando en el mercado. Así, es recomendable averiguar cuál es el intervalo que tienen otras compañías para un cargo con similares responsabilidades, nivel de estudio, manejo de idiomas y experiencia, con el objetivo de negociar con mayor propiedad y seguridad con el empleador.

Hablar de dinero siempre puede ser un poco incómodo y los trabajadores generalmente temen equivocarse respecto a cuánto aumento pedir, por lo que contar con cifras es útil para bajar la ansiedad y manejar rangos más aterrizados. Para conseguir esta información se pueden seguir diferentes vías, una de ellas es consultar a colegas que desempeñan una función parecida, ya que siempre habrá amigos y familiares que estarán dispuestos a compartir al menos un rango que sirva como referencia.

Asimismo, en internet hay ofertas de empleo que tienen publicada la renta, por lo que se puede hacer un mini sondeo para chequear si existe información sobre el puesto a investigar. Por otra parte, Randstad, en su página web tiene disponible dos calculadoras salariales, una para cargos profesionales y otra para posiciones no gerenciales, a través de las cuales los usuarios pueden conocer el salario de mercado máximo y mínimo en base a sus años de trayectoria, la zona del país en la que se encuentran y la industria en la que se desempeñan.

La siguiente etapa es elaborar el discurso, ya que hay que estar preparado para explicar de manera efectiva, por qué el esfuerzo tiene que ser recompensado con un incremento de sueldo. Si la empresa realiza evaluaciones de desempeño, los argumentos siempre deben centrarse en los resultados obtenidos en esa medición, debido a que allí se reflejan concretamente los logros alcanzados.

En este sentido, es imprescindible que el trabajador tenga claro qué aspectos ha mejorado y cómo su gestión ha aportado a la organización, teniendo a la mano ejemplos concretos y cuantificables que demuestren esta evolución y alto rendimiento. Por otro lado, si aún no existe un sistema que permita saber el nivel de consecución de los objetivos, igualmente hay que recurrir a fundamentos profesionales y a hechos concretos que avalen el buen desempeño laboral.

En este caso es recomendable explicar cómo la persona ha agregado valor a la compañía y elaborar una lista de éxitos que vayan más allá de lo que se considera "satisfactorio" en su puesto de trabajo. Al mismo tiempo, se aconseja plantear la valoración por otro tipo de compensaciones, pues si no es posible aumentar el salario, o solo se puede subir en un porcentaje muy bajo, se deja abierta la puerta para negociar otros beneficios, como jornada flexible, teletrabajo u oportunidades de capacitación.

Una vez teniendo claras las políticas de la compañía en cuanto al tema, contando con información confiable de las rentas de mercado y habiendo realizado un análisis profundo sobre cómo los principales logros han impactado los objetivos compañía, se debe elegir el mejor momento ideal para discutir al respecto.

Si la empresa se encuentra en un mal momento financiero u organizacional, si está reduciendo costos, pausando todos los procesos de contratación y eliminando puestos de trabajo a través de reducción de personal y despidos, lo mejor es esperar un poco, pues existe una gran posibilidad de que la solicitud sea rechazada. Es importante recordar que la buena relación entre el trabajador y la compañía se da porque ambas partes tienen sensibilidad para tratarse mutuamente. Razonar y comprender esto es necesario.