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Las personas exitosas, pertenezcan a un ámbito profesional u otro, comparten una serie de características que les diferencian del resto de su entorno. 



El periodista Napoleon Hill o el famoso columnista del New York Times, Eric Barker, definieron algunas de ellas: la capacidad de trabajo, una gran concentración, tienen un propósito definido en la vida, una gestión eficiente del tiempo, conocen bien sus debilidades y potencian sus fortalezas, tienen iniciativa y son entusiastas, también cuentan con una gran red de contactos y predomina la determinación en sus actos, entre otras cosas. 



La gente con éxito suele tener talento, ser creativa e inteligente, pero se caracteriza más por su tesón y perseverancia. 



Levántate y continúa

Interiorizar los errores y aprender de ellos forma parte del camino hacia alcanzar las metas. El fracaso, por tanto, es una piedra más en la vida de las personas exitosas, la clave está en no encariñarse o dejarse amedrentar por lo tropiezos, sino en exprimir su mejor recuerdo en beneficio propio.



Como decía Winston Churchill: "El éxito es la habilidad para ir de fracaso en fracaso sin perder el entusiasmo". Por otra parte, Eric Barker, columnista del New York Times y The Wall Street Journal, determinaba que las personas de éxito contemplan el fracaso como una experiencia de la que extraen lecciones para futuros proyectos. Y es que a veces, los errores son el comienzo de un gran futuro. 



Albert Einstein, Walt Disney, Oprah Winfrey o Joanne Rowling son solo algunos ejemplos de que una infancia o una trayectoria personal o profesional marcada por las adversidades no imposibilitan un destino célebre. 



En busca del valor diferencial

Que el terreno laboral está marcado por la competitividad no es algo nuevo. Saber posicionarse, diferenciarse y ser original se convierte en una tarea esencial si quieres acceder y permanecer en este mercado. 



El primer paso empieza en dejar de preguntarse por qué: “¿Por qué no encuentro lo que quiero?”; pregúntate cómo y qué: ¿Qué quiero hacer? ¿Cómo me diferencio del resto? 



Son muchas las vías de acceso al mercado laboral y las opciones de plasmar de la mejor manera posible las aptitudes de cada uno: un CV lo más completo posible, ya sea en formato papel o digital es la base de cualquier candidato. 



También tener un perfil profesional en redes sociales como LinkedIn y adjuntar una buena carta de presentación o recomendación, en la que se detallan específicamente las habilidades, los conocimientos, la motivación y las razones para querer optar a un determinado puesto. 



Responder a preguntas del tipo: ¿Qué puedo ofrecer? ¿Cuáles son los objetivos de la empresa y cómo puedo contribuir a su consecución?, en una carta que no supere una página de extensión, correctamente estructurada y adaptada a las características de la empresa y la vacante, son los principales requisitos para causar una buena impresión a los profesionales de Recursos Humanos. 



La originalidad también cobra gran importancia ya que se considera que la persona que aporta puntos de vista alternativos puede aportar mejores decisiones. 



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