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Según la última edición del Workmonitor, estudio trimestral de Randstad, 81% de los trabajadores en Chile señala que, si volviera a tener 18 años, estudiaría una carrera STEM (Science, Technology, Engineering and Mathematics), un acrónimo ligado áreas de conocimiento en las que suelen desempeñarse científicos e ingenieros y que cada vez gana más relevancia en el mercado laboral, puesto que probablemente este perfil profesional será el más demandado en el futuro.

Con esto, el país ocupa la sexta posición en el ranking mundial compuesto por 34 naciones y se posiciona por sobre el promedio global (66%). Si miramos este escenario por rangos etarios, observamos que a mayor edad se incrementa el número de personas que cambiaría su rama de estudios si pudiera retroceder el tiempo, ya que entre los 55 y 65 años la cifra llega a 88%; entre los 45 y 54 alcanza 87%; y entre los 35 y 44 es de 85%; mientras que entre los más jóvenes es de 73% . 



Al respecto, Natalia Zúñiga, directora de marketing & comunicaciones de Randstad, señala que “aunque es natural que exista un porcentaje mayor de trabajadores senior que años atrás hubiese tomado otra decisión al momento de elegir una profesión, también es una realidad que hoy el sistema educativo tampoco está preparado para enfrentar las demandas de las ocupaciones del siglo XXI. De hecho, aún en el año 2019 se habla de una ‘escasez crónica’ en el rubro de Tecnología, que es de al menos 6 mil personas”, comenta.

En este sentido, la directiva asevera que es clave crear asociaciones público-privadas, con el objetivo de conectar el mundo del trabajo con el de la academia, generando un nexo coherente entre los requerimientos de las organizaciones y la oferta de profesionales.

Por otro lado, “de acuerdo a las últimas cifras entregadas por el Instituto Nacional de Estadísticas (INE), la tasa de desempleo en Chile llegó a 7,2% durante el trimestre móvil mayo-julio; la más alta en lo que va del año; por lo que vale la pena preguntarse cómo gobierno-universidad y empresariado pueden generan planes en conjunto que permitan mejorar la empleabilidad del país, poniendo énfasis en los desafíos del futuro”, afirma.



Y es que conforme a la investigación, 47% de los participantes asegura que su empleador ha incrementado los requerimientos de perfiles STEM, 1 punto porcentual (pp) por debajo del promedio global; y 86% cree que los jóvenes deben poner más foco en profesiones asociados a estas ramas del conocimiento con el objetivo de satisfacer la actual demanda del mercado laboral. 

Igualmente, “si bien las exigencias de habilidades tecnológicas ha tenido un incremento importante durante los últimos años, también existe evidencia de que las solicitudes de perfiles con competencias blandas, como análisis de datos, capacidad de toma de decisiones, solución de problemas, pensamiento creativo y comunicación efectiva, ha ido en aumento, ya que son las que impiden que las personas sean reemplazadas por robots.

De todas formas, la ejecutiva de la multinacional agrega que “al menos hoy en día la población está cada vez más consciente de que es imprescindible actualizar sus conocimientos para mantenerse competitivo en el mundo del trabajo, por lo tanto, hay que pensar en una transformación completa y profunda, tanto de los cursos de capacitación que dicta el Gobierno, como de las mallas curriculares y la oferta de carreras de pre y post grado que brindan las universidades e institutos, considerando las nuevas demandas de las organizaciones y las personas. Y es que a medida que la transformación digital remodela las industrias, los profesionales saben que el perfeccionamiento continuo es la única manera de mantenerse vigente, porque quedarse atrás no es una alternativa”, enfatiza.

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