blog_image_A9634830-C5C2-4E94-9B89-5BF725ED9752.jpeg
blog_image_A9634830-C5C2-4E94-9B89-5BF725ED9752.jpeg

Integrar armónicamente a comunidades en riesgo de exclusión social en el ámbito laboral es una práctica en auge en la cultura corporativa de muchas empresas, existiendo cada vez mayor participación del sector privado en asuntos que hasta hace pocos años se entendían reservados a lo público.

Y es que actualmente las personas están interesadas en apoyar causas solidarias y hacer un aporte a la sociedad que vaya más allá de su trabajo.

De hecho, de acuerdo al último Workmonitor, estudio trimestral de tendencias del mercado laboral de Randstad, 84% de los profesionales en Chile sostiene que haría trabajo voluntario si su empleador le concediera tiempo libre remunerado, con lo cual el país supera el promedio mundial (73%) y ocupa la posición número 2 en el ranking internacional en esta materia, por debajo de China (85%) y compartiendo cetro con México.

Asimismo, 86% de los encuestados dice que quiere trabajar en una empresa que tenga un sólido programa de Responsabilidad Social Corporativa (RSC), cifra que posiciona a Chile entre las 5 naciones más activos en este ítem.

Esto debido a que la sociedad, la cultura y los valores han sufrido una gran transformación a lo largo de las últimas décadas y este cambio se ha extendido al mercado laboral, en el cual la RSC ha ganado terreno entre los trabajadores y las empresas. Además, hoy por hoy se habla mucho de que existe una relación directa entre el éxito laboral y la participación en proyectos solidarios, puesto que colaborar activamente en causas filantrópicas permite desarrollar nuevas competencias, como capacidad de adaptación, empatía, liderazgo y trabajo en equipo, por mencionar algunas.

Por otro lado, actualmente es un tema que está siendo demandado por los trabajadores, quienes de manera particular se sienten atraídos por diferentes causas sociales y esperan que su organización se haga parte, ya que para ellos es importante que la empresa en la que trabajan comparta sus valores.

Incluso, según un estudio de Randstad Holding, el 72% de los jóvenes de la generación Z  quiere que sus empleadores sean organizaciones que entreguen valor compartido, una estrategia centrada en la identificación y solución de problemas sociales; mientras que el 47% de los millennials  considera factores como qué tan diverso e inclusivo es ese lugar de trabajo, antes de seleccionar un empleo.

A nivel general, y según el Workmonitor del tercer trimestre del año, el 79% de los profesionales en Chile afirma que cuando busca un nuevo empleo, es importante que la compañía participe en iniciativas caritativas/filantrópicas. Así, el currículum social está ganando adeptos, debido a que un trabajador implicado en asuntos solidarios no pasa desapercibido para un reclutador.

Formar parte de alguna asociación no lucrativa, colaborar con una ONG, trabajar en causas humanitarias o llevar a cabo acciones de manera altruista, son actividades que enriquecen a nivel personal y profesional, adquiriéndose competencias y habilidades complementarias a la experiencia laboral.

La otra cara de la moneda

Esta edición del estudio refuerza la idea de que si bien este tema ha avanzado en Chile, aún falta camino por recorrer. Según la investigación, solo 18% de los trabajadores en Chile dice que su empleador los alienta a realizar trabajos voluntarios no remunerados fuera del horario de oficina, una cifra por debajo del promedio mundial, la cual tampoco alcanza un porcentaje elevado, con 27%.

De todas formas, entre los 34 países que participan en el estudio, Chile está en las últimas posiciones en este tema en particular, solo por arriba de Dinamarca (13%), Suecia (14%), Holanda (16%), República Checa y Bélgica, ambas con 17%. Esto a pesar de que los trabajadores más jóvenes han retado a miles de empresas a salir de sus zonas de confort y las están obligando a convertirse en espacios más humanos y responsables con su entorno.

Asimismo, únicamente 15% de los encuestados afirma que su empleador le da tiempo libre remunerado (1 o 2 días por año) para realizar trabajo voluntario con una organización benéfica; mientras que 50% reconoce que su firma apoya activamente al menos una iniciativa social.

En el caso de Randstad, esto es esencial. Tanto así que próximamente la compañía lanzará una plataforma de RSC en los 39 países donde está presente, la cual permitirá a los 37 mil trabajadores pasar 8 horas o 1 día de trabajo al año, realizando actividades de voluntariado remuneradas, lo que equivale a 154 personas de tiempo completo trabajando un año en proyectos sociales.

El objetivo es impactar la vida de 500 millones de personas en el mundo de aquí a 2030, dando espacio a los trabajadores para que conecten con aquellas causas sociales que les parezcan interesantes, para generar iniciativas privadas o corporativas y/o hacer donaciones a aquellas fundaciones cuya causa los motive.