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El despliegue gradual de sistemas automatizados e inteligencia artificial en el lugar de trabajo no es necesariamente un fenómeno nuevo, pero es algo que parece tener más atención, cobrar más fuerza y concitar más debate cada año.



En lo que respecta a recursos humanos, estas tecnologías tienen un gran potencial. Sin embargo, es importante reconocer que los miembros de la fuerza laboral podrían tener inquietudes acerca de la posibilidad de que la automatización afecte su función o que, incluso, posiblemente la elimine por completo.



Una encuesta reciente realizada en el Reino Unido por YouGov, respaldada por la Comisión de Trabajadores y Tecnología, destacó opiniones dispares sobre el impacto de la automatización en el lugar de trabajo. Más de cuatro de cada diez empleados (44 por ciento) opinó que la evolución de la tecnología tendrá un efecto positivo en su trabajo actual, mientras que solo el 20 por ciento temía por una repercusión negativa.



Sin embargo, los hallazgos pintaron un cuadro diferente cuando la pregunta se modificó ligeramente. Más de un tercio (37 por ciento) de los encuestados, lo que equivale a más de diez millones de personas en toda la fuerza laboral del Reino Unido, admitió que le preocupaba que la tecnología cambie sus funciones en la próxima década. 

En Chile, al parecer, el avance de las tecnologías y la creciente inversión de las empresas en la adopción de sistemas cada vez más complejos y sofisticados para agilizar todo tipo de procesos, no ha impactado de manera negativa la percepción de los trabajadores en Chile.

De acuerdo a la última edición del Workmonitor, estudio trimestral de tendencias de Randstad, el 86% señala que ve como una oportunidad el creciente impacto de la tecnología en su empleo, cifra superior al promedio global, que alcanza 74%. Asimismo, el país ocupa el sexto lugar en el ranking mundial en esta materia entre 34 naciones, ubicándose por debajo de China (93%), India (91%), México (90%), Malasia (89%) y Brasil (87%); y compartiendo cetro con Argentina y Turquía.

Pero no solo eso. El 68% de los encuestados cree que la automatización, la robótica y la inteligencia artificial (IA) tendrán efectos positivos en su trabajo durante los próximos 5 o 10 años, porcentaje que supera la media internacional (59%).  



De todas formas, una investigación realizada por la firma de asesoría global Willis Towers Watson, publicada a principios de este año, indicó que relativamente pocas empresas de recursos humanos están completamente preparadas para recibir de buena forma el impacto organizacional y los requisitos de automatización.



El estudio reveló que las compañías esperan que la automatización represente el 22 por ciento del trabajo que se realiza, en promedio, dentro de tres años; y las implicaciones que estas tecnologías tendrán para la fuerza laboral son inmediatas.



Compromiso con la fuerza laboral

Para aquellos empleadores que anticipan un papel cada vez más relevante de la automatización en los próximos años, es vital que también comprendan que deben mantener a los trabajadores actualizados e informados sobre lo que esta tendencia significa para ellos.



Aquí hay algunas estrategias que pueden dar resultados en este sentido:

  1. Optimizar las comunicaciones respecto al tema.

    Para proporcionar información relevante a los empleados, primero el departamento de recursos humanos y quienes toman las decisiones deben entender el estado actual de su fuerza laboral y cómo podría verse afectada por la automatización. Llevar a cabo un análisis al respecto puede brindar información valiosa sobre dónde se encuentra actualmente la organización y cómo los métodos y las tecnologías de la empresa podrían evolucionar en un futuro próximo.


  2. Ser abierto y honesto

    La honestidad y transparencia son cualidades poderosas que tienen un impacto muy positivo en el compromiso de los empleados. Por esto, es necesario ser abierto sobre los hallazgos del análisis de la fuerza laboral, los planes futuros sobre el uso de herramientas automatizadas y cómo se relacionan éstos con los empleados y sus funciones.


  3. Involucrar a los trabajadores en la planificación.

    Involucrar a toda la fuerza laboral en los preparativos para implementar la automatización ayudará a que todos sientan que son parte del proceso. ;La puesta en marcha de estas tecnologías debe ser inclusiva y causar un impacto positivo, que cree nuevas oportunidades, en lugar de algo que excluye al personal actual.


  4. Fomentar el aprendizaje y la adaptabilidad.

    Tal vez lo más importante de todo. El crecimiento de la automatización puede llevar a nuevas perspectivas para que los empleados aprendan, se adapten y evolucionen. Si bien la tecnología tiene el potencial de asumir algunas tareas rutinarias, los trabajadores pueden adquirir habilidades únicas, que los robots no pueden replicar, como la comunicación, el liderazgo y el servicio al cliente.

Con el enfoque correcto, las organizaciones podrán garantizar que su personal se continúe desarrollando y que entregue tanto o más valor que cualquier sistema tecnológico.