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El escenario 2020 se vislumbra complejo: no se percibe una recuperación de la actividad de la economía chilena ni tampoco un repunte en las expectativas del empresariado, lo que permitiría pronosticar una reactivación de la inversión. Por el contrario, expertos prevén un desempleo de dos dígitos en el primer trimestre y el gasto asociado al plan para enfrentar la crisis social generará el mayor déficit fiscal de los últimos 30 años.



De hecho, el estallido del 18 de octubre golpeó la economía chilena con la misma fuerza que la crisis de 2009, por lo que el Banco Central confirmó una proyección de crecimiento del PIB del 1% para 2019[1]; mientras que el Imacec de noviembre cayó 3,3% en comparación con el mismo mes de 2018.



Esto sin duda ha golpeado la percepción de los chilenos respecto a la recuperación del mercado, tal como lo demuestra el último Workmonitor, estudio trimestral de tendencias de Randstad, el cual arrojó que solo 49% de los trabajadores en Chile cree que la situación económica mejorará durante este periodo, 22 puntos porcentuales (pp) menos que en 2017, último año en el que el sondeo trató este tema. En ese momento Chile se encontraba en la posición número 2 en el ranking de las naciones más optimistas en este aspecto, mientras que ahora se ubica 26 en la tabla compuesta por 34 países.

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Al respecto, Natalia Zúñiga, directora de marketing & comunicaciones de Randstad, señala que actualmente hay un pesimismo bastante generalizado, ya que incluso el Indicador Mensual de Confianza Empresarial (IMCE)[2] cerró 2019 en el nivel más bajo en 14 años de existencia, lo que no se dio ni siquiera en medio de la crisis subprime que llevó a una gran recesión global en 2009.



“Mientras no haya claridad sobre el camino que tomará el país, no se recuperará la confianza en la economía chilena y la inversión va a estar frenada, lo que probablemente obstaculizará el crecimiento económico y el financiamiento de la agenda social.



Por otro lado, aumentó la insatisfacción de aquellos trabajadores que tenían expectativas de cambiar de empleo relativamente pronto, puesto que en épocas de desaceleración la tendencia suele ser una baja en la contratación de personal y un incremento en los despidos por la paralización de proyectos y/o la caída de las ventas, lo que ya es un hecho en Chile para algunas industrias”, explica. La ejecutiva agrega que por motivos como este es ineludible tener un sistema educativo preparado para las ocupaciones del siglo XXI, con el objetivo de conectar los requerimientos de las empresas y la oferta de expertos que hay en el mercado, consiguiendo profesionales y técnicos con mayor tasa de empleabilidad.



En cuanto a los otros países Latinoamericanos que participan en el estudio, Argentina también sufrió una baja en el optimismo económico para el próximo periodo, pasando de 63% en 2017 a 54% en el último trimestre de 2019, descenso enmarcado por una de las peores recesiones en la historia del país vecino, con altos índices de pobreza, desempleo e inflación.



Por su parte, Brasil se mantuvo en 65%; mientras que México saltó de un 44% en 2017 a 57%, considerando que analistas esperan una recuperación moderada en 2020 y estiman que el PIB crezca un 1%, mejorando el de 2019 que cerró en 0,1%, explica Natalia.

Conoce los resultados del estudio 2017, respecto a las perspectivas de la economía chilena para 2018.



Expectativas laborales 2020



Por otro lado, 68% de los encuestados tiene confianza en que mejorará el desempeño financiero de su organización durante este año, 13 pp menos que en 2017, cuando la seguridad de los trabajadores en el progreso de su compañía alcanzó 81%. “Y es que en ese tiempo las noticias eran bastante más positivas, debido a que se observaba un panorama económico sano y dinámico. De hecho, el Fondo Monetario Internacional proyectó que nuestro país lideraría el crecimiento regional en 2018, con una proyección de 3,8%, cifra que finalmente cerró en 4% para la economía chilena”, recuerda la directiva.



Asimismo, de acuerdo a la investigación, 77% de los participantes tiene expectativas en recibir un aumento de sueldo en 2020, 4 pp más en 2017 y uno de los porcentajes más altos a nivel mundial; solo por debajo de India (94%), Turquía y Argentina (85%), China (84%), Malasia (81%) y México (80%); lo que refleja que la percepción respecto a la situación de la economía chilena o al desempeño de la organización no necesariamente se extrapola a la mirada que los trabajadores tienen de la retribución que deberían percibir.



En este sentido, Natalia cuenta que es bastante común que las personas sientan que su salario debiese ser superior; no obstante, son varios los factores que las empresas tienen que evaluar a la hora de ajustar la renta de sus colaboradores o entregar un bono, entre ellos productividad, rentabilidad y performance de la compañía; además de desarrollo competencial y cumplimiento de metas de sus trabajadores. “Cada organización tiene sus propias políticas, pero normalmente si alguno de los indicadores mencionados se ve impactado negativamente, es muy probable que no se incrementen los sueldos y que se limiten ciertos beneficios”, concluye.



[1] El año comenzó con una previsión tres veces superior.

[2] Estudio elaborado por Icare y la Escuela de Negocios de la Universidad Adolfo Ibáñez.

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