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El difunto Steve Jobs fue capaz de mirar hacia el futuro y hacer predicciones que no sólo establecieron tendencias, sino que las definieron, cambiando el curso de cómo nosotros como sociedad compartimos información, el lenguaje que usamos y cómo nos comunicamos. ¿Qué hace un Steve Jobs?; ¿qué habilidades, características y rasgos de personalidad se requieren para ser un visionario?

Quizás algunas de esas preguntas puedan ser respondidas por el informe "Future Skills 2020" del Instituto para el Futuro, en el cual se identificaron las habilidades clave de trabajo de esta década. Pueden ser las habilidades del mañana, pero necesitan ser desarrolladas y nutridas hoy.

- Creación de sentido

- Inteligencia social

- Pensamiento innovador y adaptativo

- Alfabetización en los nuevos medios

- Transdisciplinariedad

- Mentalidad de diseño

- Competencias interculturales

- Pensamiento computacional

- Gestión de la carga cognitiva

- Colaboración virtual

Todas estas habilidades comparten puntos comunes: todos ellos requieren que un trabajador sea bastante adaptable y flexible, muy social y conectado con el mundo que los rodea. También destacan la importancia de ser un visionario: ver el panorama, conectar los puntos, anticipar el cambio con creatividad.

En el estudio realizado por randstad, “cociente de Agilidad: desarrollar las habilidades del futuro en la fuerza de trabajo de hoy”, se preguntó a los empleadores y los buscadores de empleo si consideran que estas habilidades son importantes y si son relevantes en sus  organizaciones, y cómo piensan que estas habilidades pueden ser desarrolladas. De los resultados, parece que la innovación resuena fuertemente con los empleadores y los empleados. Cuando pedimos a empresas y trabajadores que identificaran la habilidad más importante del futuro en el lugar de trabajo, el pensamiento innovador y adaptativo quedó en la primera posición (61%). Organizaciones y empleados por igual saben que tienen que encontrar maneras de innovar para mantenerse actual y competitivos en su industria. Cuando se les preguntó por la habilidad blanda que sienten más carente en las organizaciones, la mayoría de los encuestados dijo sensemaking.

Inicialmente, nos sorprendió ver sensemaking en la parte superior de la lista, pero comenzó a tener sentido. La mayoría de las organizaciones están comprometidas a entregar resultados trimestrales, obligados a lidiar con presupuestos y recursos restringidos, y siempre caminando en una línea fina entre demasiada información y no lo suficiente. En esas circunstancias, es fácil para los jefes y los empleados tomar decisiones que no siempre tienen sentido; están tan atrapados en las micro-tareas y los plazos que el panorama y, por lo tanto, las oportunidades se pierden.

Ahí es donde se mostró el verdadero brillo de Steve Jobs. Tenía la competencia y capacidad para mantenerse a la vanguardia de las tendencias y tomaba el tiempo para reflexionar e imaginar las posibilidades. En el ajetreo y el bullicio de un día de trabajo típico, esas cualidades parecen lujos cuando en realidad, son las semillas de la relevancia empresarial, el desarrollo profesional y el éxito encontrar terreno fértil.

Por lo tanto, la pregunta es: ¿cómo podemos garantizar una mano de obra comprometida que no sólo se centra en el aquí y ahora, sino que también puede adaptarse rápidamente a grandes cambios, ver oportunidades y comprender su impacto en la organización, estableciendo ideas para mejorar y nuevas soluciones?

Aquí 5 consejos:

Definir el panorama general: Asegúrate de que tus empleados comprendan los objetivos de la organización en su conjunto y cómo su departamento puede contribuir. A menudo nos preocupamos por el 'qué', 'cuándo' y 'cuánto', pero muy a menudo olvidamos el "por qué". Asegúrate de explicar por qué se dirige en una dirección determinada y cómo sus contribuciones pueden afectar la velocidad en el que está viajando la empresa y su resultado exitoso.

Entrenándolos: Asegúrate de entender cómo quieren ser entrenados (frecuencia, duración de las consultas, formato uno-a-uno o en grupo) y en qué habilidades o destrezas específicas. Sé claro sobre sus expectativas y dales ejercicios que sean desafiantes y alcanzables.

Diversifica tus programas de capacitación: Ofrece programas de intercambio de trabajo o entrenamiento cruzado, donde tus empleados asistan a reuniones en otros departamentos o estén entrenados en otras áreas del negocio. Esto facilita la cohesión entre equipos y departamentos, y la construcción de relaciones.

Fortalece el pensamiento crítico: Empujar a los empleados a desarrollar su capacidad para conectar los puntos o ir más allá de una primera reacción y pensar más profundamente acerca de un problema al hacerles preguntas, como "¿Qué haría si usted fuera yo? ¿Cómo manejaría esta situación / empleado? "Dile a tus empleados que cuando traigan un problema, también deben proporcionar algunas recomendaciones de soluciones para discutir.

Fomenta una cultura de innovación: fomenta la colaboración mediante la creación de equipos de proyectos multifuncionales o grupos de expertos con personas de diversas disciplinas de tu organización, para asegurar aportes que reflejen diferentes perspectivas. Al hacerlo, fomenta la participación mientras entrena a tus empleados a considerar diversos puntos de vista al reflexionar sobre un tema o una idea.

 

No todo el mundo puede ser un Steve Jobs. Pero puedes apostar por fomentar la innovación y el pensamiento crítico, a alentar la creatividad y la transparencia. Todas en su conjunto confluyen en trabajadores comprometidos y desafiados, asegurando el crecimiento de tu organización, donde la gente quiere estar ahora y en el futuro.