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Sin duda, la última semana ha sido difícil para los chilenos en general, pero sobre todo para quienes intentan trasladarse a sus lugares de trabajo evitando poner en riesgo su seguridad. Sin embargo, la situación que vive el país no solo ha tenido repercusiones negativas para quienes deben sobrellevar largas jornadas de traslado a causa de las escasas alternativas de locomoción disponibles; sino que también podría generar efectos adversos en la salud mental de muchas personas, considerando el alto estrés al que se han visto enfrentadas durante al menos 17 días consecutivos.



Ante este escenario, las empresas han debido gestionar un ambiente laboral atípico, momento en el cual la comunicación interna se transforma en un aliado estratégico. Y es que las situaciones de emergencia podrían causar un aumento inesperado de la ansiedad, generando muchas veces angustia, cansancio e irritabilidad, todas sensaciones que repercuten en la productividad de los trabajadores.

Al respecto, Natalia Zúñiga, directora de marketing & comunicaciones de la consultora multinacional de recursos humanos Randstad, señala que la clave en estos momentos es comunicar con transparencia y empatía, pero por sobre todo de manera oportuna, para evitar generar incertidumbre en los empleados. “En primera instancia, lo recomendable es abordar únicamente aquellos temas que tengan relación con las medidas que se van a implementar para proteger la seguridad e integridad de los trabajadores, aparte de entregar las directrices sobre cómo va a continuar la operación, con el objetivo de seguir prestando el mejor servicio a todos los públicos de la mejor manera posible, lo que indudablemente va a depender del tipo de organización y de la industria a la que pertenezca”, dice.

La ejecutiva agrega que en paralelo, y mientras se mantenga la actual situación en el país, es vital entregar contención a nivel emocional, siendo imprescindible la cercanía de los jefes con sus equipos, puesto que es en estas circunstancias cuando la gente visualiza el real interés que los líderes tienen en las personas.

Así, “cada manager se debe reunir con los integrantes de su equipo por separado para conocer su realidad, saber a qué deben enfrentarse en el día a día, si se sienten atemorizados o si tienen alguna dificultad familiar que haya que tratar de manera particular con el departamento de Recursos Humanos, tomando en cuenta que existe incertidumbre respecto a cuándo todo va a volver a la normalidad”, aconseja.



A modo general, Natalia explica que en el trabajo lo más correcto es usar un lenguaje empático con los contextos individuales, valorar los aportes de todos, permitir un espacio para el desahogo, evitar quiebres y agresiones, cultivar un sentido de humor sano y ser positivo.

“De ninguna manera es bueno dejar que los empleados se organicen por su cuenta, ya que podría generar caos, desorganización y dar cabida a rumores de pasillo. No hay que olvidar que, para las empresas, abordar estos temas a tiempo se transforma en una oportunidad para mostrar conexión, empatía y preocupación por las reales necesidades de sus equipos en momentos difíciles”.

La directiva añade que hay que tener en cuenta que la comunicación interna es clave como vía de engranaje entre los trabajadores y potencia el sentimiento de pertenencia, por lo tanto, siempre es necesario tener la figura de una portavoz oficial, primero, para dar tranquilidad a los empleados; segundo, para que las personas sepan que se están tomando todas las acciones pertinentes para seguir funcionando; tercero, para entregar un mensaje de seguridad y preocupación a los colaboradores, quienes son el capital más valioso en una compañía.

“Reforzar un clima laboral saludable, sobre todo en momentos de crisis, requiere asegurarse  de que la información llegue a todos los miembros de la empresa, gestionando la comunicación interna de manera estratégica”, concluye. 

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