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El absentismo se ha convertido en una de las principales preocupaciones para las empresas. No solo porque merma su productividad, sino también por el costo que esto supone.



El absentismo laboral no es otra cosa que la ausencia de una persona en su puesto de trabajo. Lo que, en otras palabras, supone la no realización o reasignación de sus tareas, generando graves consecuencias para los empleados, quienes se exponen a una sanción -en algunos casos incluso graves- cuando estas ocurren en reiteradas ocasiones sin ningún tipo de justificación.

Tipos de absentismo

No todas las ausencias en el puesto de trabajo son iguales, dependiendo de la naturaleza y causas de cada una, pueden clasificarse de diferente manera. En este sentido, es posible distinguir entre tres tipos:

  • Justificado: en él se agrupan las faltas al trabajo por motivos justificados. En estas situaciones, el empleado debe avisar a la empresa de su ausencia y explicar la causa de la misma. Ejemplos de absentismo justificado pueden ser situaciones de incapacidad temporal (IT) por enfermedad, permisos por maternidad o paternidad y defunción de un familiar.
  • Injustificado: en esta ocasión, la persona no dispone de un motivo justificado para ausentarse de su puesto de trabajo. Esto constituye un incumplimiento de las obligaciones del empleado, que puede ser motivo de despido procedente. Este tipo de ausencia es la más perjudicial para la empresa. Al ser imprevisible, la organización del trabajo queda totalmente alterada.
  • Presencial o presentismo laboral: este caso el trabajador sí que acude a su puesto, pero no cumple con sus tareas al invertir su tiempo en otras labores. Navegar por internet con fines no profesionales o hacer recados personales son dos de las situaciones más habituales de este tipo de absentismo. Esto puede deberse en muchos casos a una falta de motivación o de identificación con los valores de la empresa.

Principales causas

El absentismo laboral puede surgir a partir de diversas circunstancias. Estas pueden tener orígenes y naturalezas diferentes en función de la situación de cada empleado, condicionada por factores internos y externos, clasificándose en tres categorías:

  • Salud: es el motivo más habitual de absentismo justificado e injustificado. En este grupo están todos los problemas físicos o psíquicos que pueda sufrir el trabajador, como enfermedades comunes, lesiones, depresiones, entre otras
  • Laborales: son las que vienen derivadas de situaciones negativas en el trabajo. Varios ejemplos son insatisfacción, condiciones inadecuadas en el trabajo, mala relación con líderes o compañeros o estrés.
  • Personales: son en las que influye la vida personal del trabajador. Aquí se englobarían problemas de salud de personas cercanas (familiares o amigos) u otro tipo de conflictos.

Consecuencias para el trabajador y la empresa

Las consecuencias del absentismo laboral son notorios y afectan a una cantidad importante de agentes, aunque los dos principales son el trabajador y la empresa:

  • El trabajador: corre el riesgo de ser sancionado con reducciones de sueldo o incluso ser despedido. Además, si sus ausencias son continuadas, puede perder el foco de sus tareas y el estado de las mismas. Otro factor a tener en cuenta es el conflicto que puede surgir con algunos compañeros.
  • La empresa: ve reducida su productividad y, a causa de ello, es menos competitiva. Además, la organización tendrá que tomar medidas para cubrir esa ausencia, lo que puede ocasionar conflictos entre la plantilla. También puede ser necesaria la contratación de otro empleado, lo que supone un aumento de los costos previstos.

Medidas para reducir el absentismo

Con el propósito de reducir el absentismo en las empresas, existen algunas medidas para mejorar la calidad de vida de los empleados, como los programas de wellness empresarial, pero, ¿qué otras soluciones existen?

  • Reducir la carga de trabajo: la acumulación de tareas es la causa principal del estrés laboral. Una buena solución es adaptar las tareas al ritmo y capacidades de cada persona.
  • Horarios flexibles: el engagement de los empleados será mejor si los horarios de trabajo permiten la conciliación familiar. Otra solución interesante es la opción del teletrabajo, uno de los beneficios mejor valorados por los trabajadores. Además, si el trabajador siente que es escuchado y que sus propuestas son tomadas en cuenta, estará mucho más cómodo e integrado con la cultura corporativa.
  • Fomento de hábitos saludables: un trabajador con una vida saludable está menos expuesto a bajas por enfermedad. Por ello, contar con una cultura corporativa que promueva buenos hábitos puede ser muy interesante en este sentido. Algunos ejemplos son fomentar la práctica de ejercicio o mantener una alimentación sana y equilibrada.
  • Humanizar las relaciones laborales: mejorar las relaciones entre los miembros de los equipos es más sencillo de lo que parece. Las actividades enfocadas al team building contribuyen a la mejora del clima laboral.
  • Aumentar la participación de los trabajadores: mantener un feedback fluido con los empleados favorece que este se sienta más involucrado y orgulloso de pertenecer a la organización.
  • Incentivos: ofrecer recompensas por el trabajo bien hecho hará que el empleado esté más motivado. Estas pueden ser horas libres, reconocimientos u otros tipos de beneficios sociales.
  • Programas de formación: gran parte de los trabajadores considera importante los planes de formación a la hora de elegir una empresa para trabajar.

Combatir el absentismo debe ser una prioridad para las empresas y por ello es importante aplicar las medidas adecuadas. Para esto, es necesario establecer las estrategias adecuadas, medir los resultados y hacer seguimiento de los planes ejecutados. El éxito del talento y de las organizaciones avanzar en paralelo y, para ello, ambos deben estar en sintonía y eliminar cualquier tipo de obstáculo.