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Gracias al avance de la tecnología y la digitalización de los datos, las empresas pueden obtener más información que nunca de sus clientes, proveedores y ahora también de sus propios empleados. Así, el big data, conocido como el almacenamiento de grandes cantidades de datos asociado al procedimiento para encontrar patrones repetitivos dentro de éstos; llega al mundo de los recursos humanos para permitir a los profesionales del sector gestionar sus planillas de manera más objetiva, metódica y rigurosa.



Así, las empresas demandan cada vez mayor información sobre su negocio y para ello requieren mejores herramientas tecnológicas capaces de capturarla, ordenarla, visualizarla y analizarla, convirtiéndola en datos que les permitan tomar las decisiones más adecuadas. Esto, gracias al big data, ya está sucediendo en algunas áreas corporativas como la financiera, la industrial, la comercial o la de marketing. Por el contrario, gran parte de las decisiones que las organizaciones toman en materia de personas se hace en función de una mezcla de suposiciones, datos subjetivos e intuición. 



Ahora bien, esto debería cambiar dentro de los próximos años.  De acuerdo a cifras de Deloitte y PWC, 9 de cada 10 empresas crean informes para valorar correctamente el análisis de talento, pero 1 de cada 3 tiene dificultades para evaluar qué datos son realmente útiles. Sin embargo, el big data aplicado al entorno laboral puede ayudar a los directores de Recursos Humanos a descubrir patrones de comportamiento y motivación, lo que les permitirá tomar decisiones más inteligentes y efectivas, mejorando así sus resultados de negocio.



En otras palabras, esta herramienta hace posible la gestión de personas de una forma mucho más metódica y rigurosa, partiendo de la base que las organizaciones cuentan con variada información de sus profesionales, la que proviene de currículos, formularios internos, fichas de trabajadores, evaluaciones de desempeño, estudios de clima y análisis de competencias. Así, y ante un entorno cambiante y un mundo globalizado, la complejidad del manejo de las personas aumenta y tecnologías como el big data vienen a alinear la fuerza de trabajo con los objetivos del negocio. Además, no solo se trata de aplicarlo para abrir procesos de reclutamiento, sino también con el fin de cuidar a los empleados actuales. 



Afortunadamente, ya se están dando los primeros pasos en esta materia. Actualmente, un porcentaje mínimo de las empresas chilenas está invirtiendo en soluciones de análisis de datos y son pocas las organizaciones que están contratando especialistas para sus equipos de análisis, a pesar de que los beneficios son múltiples. Esta tecnología permite conocer, por ejemplo, quiénes son los líderes con mayor influencia en una empresa, quiénes tienen talento para un determinado proyecto y analizar el desempeño profesional por medio de evaluaciones a compañeros y superiores. Además, genera continuamente datos sobre las competencias de los profesionales de la organización, gracias a los cuales se pueden tomar decisiones sobre los elementos retributivos de una forma más exacta y equitativa. Incluso, sería posible conocer de qué temas se está hablando en una empresa en tiempo real, detectar nuevas necesidades y adelantándose a posibles conflictos internos.



No obstante, todo esto no sería posible sin una adecuada combinación entre tecnología y personas. Para ello, debe haber una alineación total entre el departamento de RR.HH. y el de TI, con el fin de facilitar la consecución de los objetivos. En este sentido, quienes se dedican a seleccionar profesionales deben fijar los parámetros que más le interesan e indicar sobre qué fuentes de información deben actuar las soluciones analíticas, así como ayudar a establecer una plataforma que facilite el cumplimiento normativo y que esté alerta ante las nuevas fuentes de información y las últimas tendencias en el mercado laboral. Asimismo, el punto de vista humano es totalmente necesario para descifrar los datos correctamente y, sobre todo, tomar las decisiones adecuadas.