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Según el Banco Central, a diciembre de 2018, el número de inmigrantes alcanzó el 7,7% de la población chilena (1.396.402 habitantes) y cerca del 10,5% de la fuerza laboral, lo que sin duda representa un desafío para el Gobierno, pero también para las empresas, las cuales están ansiosas por atraer a los mejores talentos, sean de la nacionalidad que sean.

Así lo demuestra el estudio “Tendencias anuales en sueldos, beneficios y lugares de trabajo 2019” de Randstad; en el que 68% de los encuestados, principalmente altos ejecutivos de Capital Humano, señala que debería ser mayor el máximo permitido por ley para contratar extranjeros en las compañías nacionales (15%), lo que representa un alza de 6 puntos porcentuales (pp) respecto al año anterior, cuando esta cifra llegó a 62%. De hecho, el reporte del INE correspondiente a julio, muestra que en cuatro regiones del país, entre ellas la Metropolitana, el número de migrantes supera un 10% de la población.



Al respecto, Gonzalo Casanova, director de Randstad Professionals, sostiene que existe un proyecto de Ley que busca pasar de la actual cuota a 30%, incluso en enero un grupo de parlamentarios propuso un 40%. “Y es que en los últimos 4 o 5 años, producto de la inmigración, la fuerza de trabajo en Chile aumentó en un millón de personas, sin contar que de aquí a diciembre se espera que continúe el fuerte ritmo inmigratorio, especialmente de profesionales venezolanos, lo que evidentemente genera presión en la velocidad, y capacidad, que tenga la economía chilena en la generación de nuevos puestos de empleo”.

El ejecutivo señala para esto es clave que el país opte por el camino de la innovación y definitivamente “se suba al carro de la Transformación Digital. Según el Flexibility@Work 2019, investigación encargada por Randstad a la Boston University y la Universidad de Utrecht, la automatización realmente tendrá un efecto neto positivo en el mercado laboral”, dice.



De hecho, de acuerdo al informe, es probable que las tecnologías avanzadas aumenten el empleo en alrededor del 0,5% anual; no obstante, vale la pena destacar “que naturalmente estos nuevos puestos de trabajo no serán los mismos que los de hoy y requerirán habilidades diferentes.

En este sentido, si bien la demanda de skills STEM (Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas) ha tenido un incremento importante durante los últimos años, también existe evidencia de que las solicitudes de perfiles con competencias blandas, como análisis de datos, capacidad de toma de decisiones, solución de problemas, pensamiento creativo y comunicación efectiva, ha ido en aumento, ya que son las que impiden que las personas sean reemplazadas por robots.

Al mismo tiempo, y de manera crucial, es ineludible preparar el sistema educativo para las ocupaciones del siglo XXI; aparte de crear asociaciones público-privadas, con el objetivo de conectar el mundo del trabajo con el de la academia, permitiendo tener un nexo entre los requerimientos de las empresas y la oferta de profesionales del mercado.

Conforme un estudio de la OCDE, 42% de los chilenos en edad de trabajar carece de la preparación básica para la economía digital, por lo que inevitablemente el cambio necesita una agenda de transición y un enfoque integral que incluya a todas las partes interesadas”, enfatiza el directivo.



Percepción de empresarios versus trabajadores

El informe de Percepción de Negocios dado a conocer hace pocos días por el Banco Central evidenció la alta valoración que los empresarios otorgan a la mayor disponibilidad de mano de obra migrante versus una moderada expectativa respecto a la marcha y el crecimiento de sus negocios.

Por otro lado, según cifras del Workmonitor de Randstad del último trimestre de 2013, un 23% de los trabajadores nacionales sostuvo que su seguridad en el empleo se redujo debido a la presencia de extranjeros en el país, alcanzando ya en ese año la cifra más alta de Latinoamérica. De todas formas, de acuerdo al mismo estudio, Chile es líder LATAM en cuanto a la percepción de que el clima laboral ha mejorado gracias a la presencia de extranjeros en la oficina y tiene una de las cifras más altas a nivel mundial en reconocer que compartir funciones con foráneos agrega valor a su trabajo (64%).



En base a esto, el ejecutivo de la multinacional señala que la llegada de migrantes ha sido positiva, considerando también el alto nivel de preparación que tienen, especialmente los venezolanos, profesionales que cuenta en promedio con 5 años más de estudios que los chilenos y que en su mayoría habla inglés, una habilidad bastante escasa en el país.

Esto ha provocado que los empleados chilenos busquen perfeccionarse y actualizar sus conocimientos, ya que como pasa en cualquier mercado, la presencia de mayor competencia impacta de manera positiva, permitiendo mejorar el servicio entregado”, concluye.

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