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Actualmente, el employer branding es una de las temáticas más discutidas en los departamentos de Recursos Humanos. Tanto así, que las empresas están comprometiendo recursos y presupuestos significativos para levantar la percepción de si mismos como un empleador atractivo, especialmente en tiempos de escasez de talentos calificados. 

Sin embargo, para la mayoría de las organizaciones, gestionar una plan de marca empleadora puede parecer difícil e incluso intimidante. Después de todo, generalmente esta laboral corresponde a los especialistas en marketing, por lo que para los líderes de capital humano se trata de manejar un conjunto de conocimientos y habilidades que no resultan del todo fáciles para ellos. Sin embargo, esto no significa que no puedan desarrollar una estrategia de marca efectiva o lanzar actividades relevantes para conseguir los objetivos deseados, o -en el escenario ideal-trabajar de la mano con el área de marketing. Tampoco se requieren grandes sumas de dinero. De hecho, organizaciones en todo el mundo pueden respaldar sus acciones de employer branding con presupuestos grandes y pequeños.

El paso más importante para comenzar es tener claro qué es y qué no es la marca empleadora, una consideración que todavía confunde a algunas organizaciones. Al igual que un producto, la marca corporativa ha existido siempre y está presente en la mente de las personas desde que se creó el negocio. Está representado en cada punto de contacto con los empleados actuales y potenciales, y es la percepción colectiva de la compañía como empleador. A través de la propuesta de valor para empleados (EVP), la organización comunica por qué los mejores candidatos deberían unirse y permanecer en la empresa. 

Es fundamental tener claro que la marca empleadora es la percepción de los trabajadores y no de los clientes, aunque a veces pueden ser la misma cosa. Esto es especialmente cierto para las empresas de productos de consumo masivo. Para ayudarte a evitar tales dificultades, aquí hay cuatro mitos que debes superar al momento de crear un plan de employer branding más convincente.

Tú eres el creador de la marca empleadora:

Ésta existe independientemente del esfuerzo que le dediques. Piensa en ello como la percepción colectiva que tiene el público respecto a tu organización, la cual se basa en muchos puntos de contacto. Hay formas de influir y dar forma a esa percepción, pero en realidad no la estás creando; solo puedes influenciarla a través de mensajes clave y una estrategia definida. Por ejemplo, cómo se percibe tu industria también ayuda u obstaculiza los esfuerzos que hagas en este sentido, ya que hay sectores que tienen mala reputación por temas ambientales u otros. Asimismo, lo que tus promotores o detractores digan sobre ti en internet y en las redes sociales tiene un impacto significativo y hay que tener claro que algunos de estos factores pueden controlarse mientras que otros no. Cuanto antes te des cuenta de esto, te podrás centrar mejor en los factores que influyen en tu marca.

Las estrategias de employer branding se realizan una sola vez:

Las empresas a menudo "definen" su identidad a través de un ejercicio y creen que el trabajo está hecho. Sin embargo, dado que las compañías están en constante evolución, es posible que se necesiten actualizaciones en este plan. Un ejemplo común es la digitalización continua de las industrias en todo el mundo, por lo que para competir por aquellos profesionales que dominan un conjunto de habilidades acorde a los nuevos tiempos, las empresas que tradicionalmente no se han presentado como un nicho atractivo para talentos de de TI, deberán hacerlo. Es la única forma para captar a desarrolladores y programadores, ingenieros de robótica y especialistas en inteligencia artificial, por ejemplo.

La marca empleadora es lo misma que la marca corporativa:

Es cierto que son hebras separadas del mismo ADN, pero la clara distinción es que una se dirige a una audiencia muy amplia, mientras que la otra se enfoca en el talento que esperas atraer y retener. La marca empleadora debe contener los valores de la marca corporativa, pero también tiene que abordar las necesidades de los trabajadores. La propuesta de valor hacia el empleado desarrollada como parte de la estrategia de employer branding, se centra en las personas que están buscando empleo y en los empleados, dando las razones acerca de por qué unirse a tu organización, lo que generalmente no es parte de la propuesta de valor para el cliente.

Es imposible medir el impacto de esta estrategia:

Medir el impacto que la estrategia de employer branding tiene en tu organización puede ser complicado, pero no imposible. Lo importante es comprender el objetivo de tu plan y conocer cuáles son los resultados asociados. Si buscas atraer a más Millennials, por ejemplo, es posible que desees medir el número de interacciones que generan tus redes sociales. Si la meta es tener mayor diversidad en tu fuerza de trabajo, considera medir algún ítem de tu lista de candidatos, para determinar si está atrayendo a postulantes más diversos.

Al comprender qué es y qué no es la marca empleadora, puede comenzar a realizar actividades para dar forma a la percepción de la misma. Al abordar los diversos puntos de contacto que los trabajadores tienen con tu organización, puedes elevar tu marca y tu atractivo como empleador por encima de tus competidores.