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Un nuevo concepto tecnológico se ha puesto de moda últimamente y parece que llega para quedarse y, cómo no, también es un anglicismo: Big Data.

Traducido literalmente como “grandes datos”, se refiere a los sistemas que trabajan con una gran cantidad de datos, tantos que superan la capacidad de los programas informáticos tradicionales de almacenamiento, gestión y procesado de información.

En un mundo en el que estamos cada vez más rodeados de datos, el Big Data no solo es útil para las empresas de gran tamaño. También las pymes pueden beneficiarse de su uso para crear un “contenedor” unificado de información administrativa y estratégica de sus clientes.

La información por sí misma no aporta valor, pero el hecho de contar con herramientas capaces de cruzar los datos procedentes de diversas fuentes, gestionarlos y analizarlos permite extraer conclusiones para adaptar nuestro negocio, productos o servicios a las demandas reales del mercado. Un mercado cambiante que es necesario monitorizar de manera casi constante para poder estar, de manera ágil y rápida, evolucionando en paralelo.

El Big Data es capaz de almacenar y gestionar grandes volúmenes, procedentes de muy diversas fuentes (incluidos emails, vídeos, redes sociales…) y a gran velocidad. Esto es lo que se conoce como las V del Big Data: volumen, velocidad y variedad.

Los expertos vaticinan un montante global de más de 40 billones de gigas de datos manejados en 2020, como pronóstico más generalizado. Este inmenso mar de datos, estructurados o no, debe ser gestionado por nuevas herramientas que ofrezcan respuestas comerciales y estratégicas a partir de esta información. Y deben hacerlo de forma rápida, si queremos que su aportación sea lo más útil posible.

La clave, como en los orígenes de Big Data, reside en dar respuesta a las tres grandes «V» mencionadas. La «V» de volumen es quizás la más evidente y clara, ya que hablamos de procesar tal cantidad de datos que supera con creces la capacidad de proceso de un simple host.

En cuanto a la variedad de estos datos, las empresas, con entornos complejos y heterogéneos, ya no desean adoptar un punto de acceso aislado a su Business Intelligence, para una sola fuente de datos. Las respuestas a sus preguntas proceden de muy diferentes fuentes, desde sistemas de registros y almacenes de datos en la nube, hasta datos estructurados y no estructurados.

Por último, la velocidad sigue siendo prioritaria en este ambiente y, en especial, en lo que se refiere a la velocidad del SQL (en español lenguaje de consulta estructurada) interactivo. Al fin y al cabo, SQL es el medio utilizado por los usuarios corporativos para generar dashboards de KPI más rápidos, además de realizar análisis exploratorios.