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En muchas ocasiones, las empresas prefieren cubrir sus vacantes con talento propio, ya que conocen la cultura corporativa y están familiarizados con los métodos de trabajo de la organización. Aparte, se trata de un método de reclutamiento sumamente eficaz para aumentar el compromiso y la fidelización del personal.

Por otro lado, para los trabajadores, optar a una promoción de este tipo supone una motivación para seguir creciendo profesionalmente sin renunciar a la estabilidad adquirida, para profundizar conocimientos y desarrollar nuevas aptitudes.

De hecho, de acuerdo a la última edición del Workmonitor, estudio de tendencias de Randstad; 65% de los trabajadores en Chile se muestra interesado en promocionar en su empresa, lo que representa un alza de 1 punto porcentual (pp.) respecto al periodo inmediatamente anterior.

Pero ¿qué se debe tener en cuenta para superar exitosamente un proceso así?

Al respecto, Cristian Solis, team leader de Randstad, señala que “de cara a enfrentarse a un proceso de promoción interna, no es necesario realizar grandes cambios en el currículum.

No obstante, es recomendable optimizar el contenido, informándose sobre el nuevo puesto y conociendo a fondo los detalles del cargo, para lo que resulta muy útil consultar a personas de la organización que tengan experiencia en la posición y si es posible también a profesionales de otras empresas”.

Así, una vez al tanto de las nuevas demandas, conviene dar importancia a aquellas competencias, habilidades y experiencias más relacionadas con el puesto al que aspira el candidato, destacando las más recientes, porque suelen ser tenidas más en cuenta. Hay que tener presente que la persona que lleva a cabo esta selección interna no siempre conoce la carrera de los candidatos dentro de la compañía. Debido a ello, cuanta más información reciba, tendrá un mayor número de aspectos a considerar positivamente, asegura el ejecutivo.



En cuanto a la preparación de la entrevista y cómo sacarse partido, Cristian dice que una reunión de este tipo tiene varias peculiaridades importantes que la distinguen de una tradicional, la principal y más notable es que el entrevistador tiene mayor conocimiento del candidato y de su trayectoria profesional.

“Las preguntas suelen ser más detalladas para obtener información adicional y, por ello, se debe responder a cuestiones más específicas sin la posibilidad de ‘adornar’ su discurso, como sus principales logros, los proyectos en los que ha participado, cómo ha gestionado una crisis, cuáles son sus aspectos a mejorar, entre otros”.

El ejecutivo agrega que para acceder a un nuevo puesto dentro de la misma compañía y adaptarse a él es importante tener una amplia noción de las nuevas responsabilidad y que el hecho de que habitualmente el entrevistado conozca a quien le entrevista posibilita que el tono sea más relajado. Sin embargo, el candidato ha de mantener un discurso correcto y profesional para demostrar su interés y valía por el puesto al que aspira.



Para conseguir el puesto, es necesaria una buena preparación por parte de quien aspira a ocupar la posición. En la elección final de un proceso de promoción interna hay detalles que pueden inclinar la balanza de un lado o de otro. Por ello, resulta útil mostrar interés desde el principio. Uno de los criterios que pesan en este proceso es la motivación del empleado por conseguir el nuevo cargo.

Debido a esto, es importante que el trabajador exprese su interés desde el comienzo y se informe del estado del procedimiento. De igual forma, estar abierto a nuevos retos, ya que la transición hacia otro cargo requiere un cambio en la forma de trabajar. Tener seguridad hacia el nuevo reto y demostrarla constituye un punto a favor. Interesarse en las nuevas tareas, demostrar interés por los retos profesionales que brindará el nuevo puesto es algo positivo, ayudando a iniciar el proceso de formación y a la vez demostrar compromiso.

Por último, el empleador interno valorará positivamente que el candidato esté cómodo en la empresa y con sus compañeros. Este es un aspecto clave en el buen funcionamiento de las organizaciones, porque si el clima de trabajo es sano, la productividad es mayor.

Tras haber superado con éxito el proceso de selección, es necesario ampliar el conocimiento sobre los nuevos requerimientos. “En primer lugar, habrá un periodo de aprendizaje, en el que puede resultar muy útil preguntar a las personas más cercanas y experimentadas con el fin de entrar mejor en la nueva dinámica de trabajo. En este punto, es frecuente que el profesional que llega a un nuevo cargo tenga afán por demostrar sus aptitudes.

Es importante que las nuevas ideas que aporta se hagan notar; sin embargo, estas serán más rentables si se adaptan correctamente a las necesidades del departamento. Para lograr esto, mantener una escucha activa resulta fundamental, algo que, sin duda, contribuirá al éxito inicial.

Por último, es importante potenciar las relaciones con los compañeros. Reunirse con ellos fuera del entorno laboral en un ambiente más relajado o participar en dinámicas de team building puede ayudar en este sentido. Así se mejorará la confianza en el equipo, que resultará fundamental a la hora de resolver problemas y trabajar en grupo de manera más cómoda y eficiente.



Según un informe de Randstad Research de 2018, cerca del 47% de las organizaciones opta por la promoción interna para cubrir las vacantes disponibles, por lo que se trata de una gran oportunidad de mejorar el employer branding. 

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