A pesar de los avances en prevención y control en normativas laborales, aún existen muertes por accidentes y enfermedades relacionadas al trabajo. De acuerdo al estudio The Prevention of Occupational Deseases  realizado por la Organización Internacional del Trabajo (OIT), cada día mueren 6.300 personas a nivel mundial a causa de accidentes o enfermedades relacionadas al trabajo, es decir, más de 2.3 millones de muertes al año. Es por eso que anualmente desde el año 2003, la OIT estableció el 28 de abril como día Mundial de la Seguridad y Salud en el trabajo a fin de promover la cultura de prevención e incentivar que se establezcan los controles necesarios para disminuir los riesgos de los empleados en su ambiente de trabajo. Adicionalmente, como la fecha coincide con el día Internacional en Memoria de los trabajadores Fallecidos y Heridos, también busca honrar a todas las víctimas de accidentes laborales.



Al respecto, cada año la OIT establece una temática que necesita refuerzo en todos los países que forman parte de la organización y, este año, el tema se centra en la necesidad fundamental que tienen todos los países de mejorar su capacidad para recopilar y utilizar datos fiables sobre Seguridad y Salud en el trabajo (SST). 



Al respecto, Jennifer Blest Environment Health and Safety Manager de Randstad comenta “resulta muy importante que se establezcan este tipo de fechas a fin generar discusiones en materia laboral, orientadas a crear conciencia preventiva y así establecer controles y tomar las medidas necesarias que garanticen un ambiente laboral seguro. Si bien a nivel institucional existe la labor clave de educar, formar, establecer controles y asegurar cumplimientos, la responsabilidad a nivel individual es esencial, así como saber qué hacer, a quién contactar y hacia dónde dirigirse en caso de accidente o enfermedad. Si bien estos días especiales a nivel global de Salud y Seguridad en el Trabajo son relevantes, desde Randstad abordamos el tema a nivel de cultura compañía, más que un proyecto puntual”. 



Con respecto a Chile, en materia de seguridad laboral, en agosto del año pasado, la Presidenta de la República, Michelle Bachelet, firmó el decreto que aprueba la Política Nacional de Seguridad y Salud en el Trabajo, el cual tiene como objetivo garantizar la aplicación de ambos conceptos en los trabajadores del país, así como también mejorar la fiscalización y la prevención de accidentes y enfermedades profesionales. En relación al decreto, Blest comenta  “este tipo de políticas contribuyen a crear una cultura nacional de prevención en materia de seguridad y salud en el trabajo. La participación activa del gobierno, generando este tipo de normativas, demuestra un interés en garantizar un medio de trabajo seguro y saludable para los trabajadores, asegurando un sistema de derechos y deberes que tanto los empleados como los empleadores deben cumplir”. 

La normativa de la seguridad laboral está contenida en la ley 16.744 que establece la obligatoriedad de contar con un seguro social contra enfermedades y accidentes laborales, que establece los lineamientos para tomar todas las medidas necesarias para la protección de los colaboradores. De la ley se desprenden además una serie de decretos supremos que permiten regularizar su aplicabilidad, junto con las nuevas normativas estipuladas por la Superintendencia de Seguridad Social (SUSESO) que permiten un control completo abordando los pilares fundamentales: seguridad, salud ocupacional y riesgos psicosociales. 

De acuerdo a datos presentados en el 2016 por la Superintendencia de Seguridad Social, durante el 2015 ocurrieron 232.665 accidentes del trabajo y del trayecto y 6.166 enfermedades profesionales. Al respecto, Jennifer Blest comenta “si bien todavía hay mucho por avanzar en material de prevención, los datos públicos revelan una leve mejora con respecto a los resultados anuales, ya que en el 2014 ocurrieron 235.677 accidentes del trabajo y del trayecto. De igual forma, este año es que podremos observar el verdadero impacto en los resultados dado la incorporación de los factores psicosociales que permitirán obtener resultados concretos considerando al trabajador en su forma integral. En este sentido, resulta de suma importancia que toda la comunidad laboral en sus diferentes roles y dimensiones den cumplimiento a estas normativas”.