El actual escenario económico, marcado por la incertidumbre y la constante caída de las proyecciones para el crecimiento del país, ha golpeado la percepción de los chilenos respecto a la recuperación del mercado durante 2016, ya que de acuerdo al último Workmonitor, estudio trimestral de tendencias de Randstad, 65% de los trabajadores nacionales señala que esta situación no mejorará durante este año, cifra con la que baja 25 puntos porcentuales respecto al año anterior, ubicándose segundo a nivel mundial. En el primer lugar del ranking de pesimismo se ubica Grecia, con 81% de su población laboralmente activa que piensa que 2016 será peor que 2015 en cuanto a indicadores económicos, y el tercer puesto lo ocupa Japón, con 62%.
Natalia Zúñiga, gerente de marketing y comunicaciones de Randstad, señala que esta importante baja en la confianza de los chilenos se debe a que “durante el año pasado el Fondo Monetario Internacional estuvo constantemente recortando la proyección de crecimiento de la economía de nuestro país para 2015, llegando a 2,3% en octubre. Incluso hoy se habla de cifras por debajo del 2% para 2016, lo que sin duda afecta la apreciación de los trabajadores y aumenta la insatisfacción de aquellos que tenían expectativas de cambiar de trabajo relativamente pronto, ya que en épocas de desaceleración, la tendencia suele
ser una baja en la contratación de personal y aumento de los despidos por la paralización de proyectos”.
Por otro lado, este panorama “también se vio influenciado por los casos de prácticas empresariales e institucionales poco éticas que salieron a la luz pública durante 2015, ambiente que ha dado lugar a la creación de gobiernos corporativos con gran peso e influencia, sobre todo en multinacionales cuya Casa Matriz está constantemente generando y monitoreando la implementación de las políticas de probidad. Así, la transparencia en está tomando cada vez más relevancia, debido a que las faltas graves en cualquier ámbito no solo afectan la confianza de los consumidores y aparta a los ciudadanos de las instituciones, sino que también interfieren en el optimismo de los chilenos respecto al crecimiento del país”, asegura Natalia.
De las otras naciones latinoamericanos que participan en el estudio, dentro de los más optimistas se encuentra Brasil, con solo 11% de personas que señala que la situación de su país empeorará durante este año, ocupando el segundo lugar en el ranking de confianza, luego de India, con 10%; luego viene México, con 12%; y Argentina con 15%. Al respecto, la ejecutiva de la multinacional dice que llama bastante la atención la convicción de los brasileños, considerando las malas proyecciones que han hecho los economistas para 2016. “Podría influir la estrategia comunicacional del Gobierno o que llega un momento en que la gente se da cuenta de que la situación ha tocado fondo, por lo que el único camino posible es comenzar a repuntar. No hay que olvidar que Brasil se encuentra en su peor recesión en 25 años, con una contracción estimada del 3 por ciento de su PBI para el año que recién terminó y con 7,6% de su población activa desempleada, cifra que hace un año atrás alcanzaba al 5%”, reflexiona.
Confianza en el desempeño empresarial
Por otro lado, los trabajadores chilenos tienen una mejor percepción sobre el crecimiento de la compañía donde se desempeñan, ya que 69% espera que su empleador obtenga mejores resultados financieros este año que el anterior, aunque se ubica por debajo del promedio mundial (71%). En este sentido, los más optimistas son México, con 96% de personas que confía en el mejor desempeño de su organización durante este año; seguido por Brasil e India, ambos con 94%; y en tercer lugar se encuentra Portugal, con 92%.
De acuerdo a la experta de la consultora de Recursos Humanos, una cosa es la percepción que tienen las personas de la situación país y otra es el “termómetro” que éstas tienen del crecimiento de la empresa donde de emplean. “En general, la sensación sobre el crecimiento y avance de una nación tiende a ser más pesimista, porque en este indicador influyen muchos factores, como cifras de confianza, porcentaje de empleo, indicadores económicos varios, incluso temas de probidad, por lo que el bombardeo de información contribuye a generar incertidumbre y a confundir a las personas. Por otro lado, la información que las personas tienen respecto a su empresa es más cercana y tagible, hay una comunicación más fluida y directa, los trabajadores están al tanto de lo que está pasando al interior de su compañía, de los objetivos y
metas, de los resultados y de los planes que la organización tiene en mente, es decir, el grado de inquietud es menor y si hay dudas, siempre existe la posibilidad de consultar internamente al respecto”, finaliza.
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