De acuerdo al estudio Tendencias anuales en sueldos, beneficios y lugares de trabajo 2015 de Randstad, 42% de los ejecutivos dice que su negocio ha empeorado respecto al año anterior por el impacto de la economía; 18 puntos porcentuales más alto que el año anterior, lo que se entiende considerando que 2014 estuvo marcado por el anuncio de reformas que frenaron la inversión y las proyecciones de crecimiento para el país. Por otro lado, 21% señala que las ventas de su organización han mejorado; 27% dice que la economía ha tenido poca o ninguna repercusión en sus resultados, 5% sostiene que no hay diferencia y 5% no sabe; cifras que grafican que la mayoría de las organizaciones atribuye una alta influencia de la situación económica en sus resultados.



Carlos Moreira, controller financiero de Randstad, explica esto sosteniendo que “para nadie es una novedad que durante 2014 Chile tuvo un freno en su crecimiento económico, lo que provocó una disminución de la confianza empresarial y del consumidor. Ante este panorama, las compañías e inversionistas toman decisiones de manera mucho más cautelosa, afectando sobre todo a sectores como Minería y

Construcción, pero también a Retail y Consumo Masivo y, por otro lado, indicadores como competitividad y empleo también se comenzaron a ver resentidos por efecto dominó”.



Al analizar las probabilidades de recuperación, el ejecutivo dice que a pesar de que en marzo el Banco Central proyectó un ligero aumento en las perspectivas de crecimiento económico para 2015, el mercado aún no se ha reactivado lo suficiente como para generar la confianza necesaria y que aumente significativamente el ritmo en la generación de puestos de trabajo; lo que ha mantenido alta, pero estable, la tasa de desempleo en el país. Por un lado, “el empresariado se mantiene expectante respecto a ciertas reformas que están en discusión y cuyos principales puntos aún no se definen por completo; y por

otro, existen sectores clave para la economía que todavía están pasando por una desaceleración. Creo que la recuperación de la economía comenzará a verse desde el segundo semestre de 2015 para retomar en 2016 el ritmo de crecimiento que veníamos sosteniendo”, asegura.



El estudio también revela que las mayores oportunidades que las organizaciones ven para este año como consecuencia de la situación actual es una reestructuración organizacional, con 41% de ejecutivos que lo menciona v/s 47% en 2014. Esto se explica tomando en cuenta que las mayores transformaciones se produjeron durante el cierre de 2013, “incluso hubo rubros como Retail, Consumo Masivo y Construcción que, además de sufrir una baja en la contratación de profesionales y un cambio en su mapa gerencial, tuvieron que realizar un replanteamiento de la estrategia de Recursos Humanos. Esto también se graficó con la fusión que tuvieron algunas posiciones, debido a que como la mayoría de las empresas buscó alivianar su estructura de costos, se desvincularon ejecutivos cuyos puestos no fueron reemplazados, traspasando sus responsabilidades a un cargo ya existente”, dice Moreira.



Otras de las coyunturas que las compañías visualizan como efecto de la actual situación económica es la posibilidad de estimular a los empleados a pensar de manera diferente (38%) y dirigirse a nuevos segmentos de clientes (36%). Según el experto de la multinacional, esto es natural porque “cuando estás en un buen escenario, es fácil gestionar los procesos dentro de una compañía y las ventas

se generan sin hacer muchos esfuerzos adicionales. No obstante, en época de desaceleración la clave es ser tener un management con visión, con capacidad de adaptarse a los cambios y flexibilizar, ya que pasas de un estado a de confort a un contexto totalmente diferente y es ahí cuando se valora la innovación, las propuestas de cambio de estrategia y la capacidad que tengan los profesionales para proponer mejoras y revertir situaciones complejas”.