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Sin duda, uno de los mayores desafíos que hoy enfrentan las organizaciones es desarrollar líderes talentosos, no solo por los beneficios de tener un equipo altamente calificado, sino también porque de lo contrario resulta complejo mantener políticas sólidas de atracción y retención de talento.

Y en esto, el rol de las evaluaciones de desempeño es clave. Sin embargo, de acuerdo a la edición del primer trimestre de 2019 del Workmonitor, estudio de tendencias de Randstad, 20% de los trabajadores en Chile señala que no recibe retroalimentación respecto a su rendimiento, ocupando el lugar número 19 entre 34 naciones en el ranking mundial y superando levemente la media internacional (19%), lo que demuestra que esta importante práctica organizacional aún no está completamente arraigada en las compañías nacionales. A nivel global, el primer puesto lo ocupa Turquía, con solo 5% de empleados que señala no tener feedback de su empresa; en la segunda posición se ubica China, con 7%; y en tercer lugar se encuentra Malasia, con 8%.

Al respecto, Natalia Zúñiga, directora de marketing & comunicaciones de Randstad, señala que estos resultados constituyen una mala señal, debido a que entre los componentes fundamentales en la gestión de capital humano, está la evaluación de desempeño.

“Si no existe un proceso organizado y formal que permita tener cifras y estadísticas claras respecto al nivel de cumplimiento de los objetivos de los miembros de la compañía, difícilmente se podrán tomar decisiones que promuevan su formación y desarrollo, una labor que le corresponde a las jefaturas y el tiempo que destinen a esto debería ser prioridad en su agenda”, dice.

Asimismo, por un tema estratégico, “cuando se establece un método para medir las competencias que ha desarrollado la persona, felicitar sus logros o identificar los obstáculos que está teniendo para alcanzar las metas y tener una instancia de retroalimentación; se está reforzando el vínculo entre los objetivos centrales del negocio y los del día a día. Y es que los empleados necesitan tener una comprensión clara de los retos individuales y de cómo éstos encajan con los organizacionales.

De esta forma, los trabajadores pueden tener certezas sobre su futuro profesional y se reduce la incertidumbre, la cual podría generar un clima poco favorable para el crecimiento de la organización, porque naturalmente es complejo rendir al 100% si alguien tiene miedo perder el empleo, por ejemplo”, enfatiza.

De acuerdo al mismo estudio, 69% señala que luego de tener una revisión de desempeño obtiene una calificación de rendimiento que le da luces sobre cómo está haciendo su trabajo y qué aspectos debe mejorar. Por otro lado, 35% afirma que tener la oportunidad de recibir retroalimentación aumenta su motivación, aspecto clave para incrementar la productividad de una empresa; 32% indica que le ayuda a aprender y a desarrollarse; 25% menciona que lo hace sentir parte del equipo; mientras que 24% dice que una evaluación lo hace más eficiente en su rol.

Aparte de esto, la ejecutiva añade que el seguimiento regular del cumplimiento de los indicadores, de las competencias a desarrollar para alcanzarlos y de los plazos establecidos, también da la chance de reconocer y recompensar al personal, contribuyendo a la satisfacción en el trabajo. “La buena noticia es que 77% declara que se siente cómodo absorbiendo comentarios sobre su performance, posicionándose por arriba de la media global (72%), por lo tanto, los empleados en Chile están más abiertos de lo que pensamos a recibir de buena forma observaciones y sugerencias acerca de su trabajo”, asegura Natalia.

Sin embargo, vale la pena reconocer que no todos ven las evaluaciones de desempeño de la misma forma. De acuerdo a la investigación, 30% de los encuestados dice que una de las desventajas de este procedimiento es que le resulta difícil no tomarse de forma personal los comentarios negativos, 19% señala que no sabe cómo reaccionar, 15% manifiesta sentirse incómodo, 12% afirma que la retroalimentación lo hace sentir vulnerable; mientras que 6% declara que las evaluaciones de desempeño no contribuyen a la comunicación y crean un ambiente de trabajo negativo.

“Esto sucede cuando las jefaturas no están preparadas para entregar un feedback efectivo, por lo tanto, el foco de la alta dirección y del equipo de RR.HH. debe estar en que todos sus ejecutivos estén capacitados para hacer evaluaciones sin que las observaciones sean tomadas de forma personal o vistas de manera subjetiva. De todas formas, hay que tener presente quien quiera crecer dentro de una empresa, debe estar dispuesto a ser medido y evaluado, a pasar por este proceso y a mejorar aquellos aspectos y competencias en los que esté más bajo. De lo contrario, es imposible armar un plan de desarrollo de carrera la medida.

Por otra parte, los empleadores deben estar conscientes de que la evaluación de desempeño es un instrumento de vital importancia para la mejora continua del desempeño del trabajador y de la organización en general, así como para la contribución a la mejora del clima organizacional”, finaliza.

[1] Porcentajes suman más de 100% porque más de una respuesta es posible.

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