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La comunicación es un proceso vital e inherente a la condición humana. Las personas sienten la necesidad de interactuar, de transmitir información e intercambiar ideas. Este proceso comunicativo es esencial para desarrollar el talento y permitir tanto el crecimiento individual como el colectivo.

¿Cómo es posible conseguirlo? La respuesta es clara: es importante generar los espacios comunicativos correctos y llevar a cabo prácticas comunicativas adecuadas. ¡Sigue leyendo, en este artículo te ayudamos a conseguirlo!



Elementos para el desarrollo de la comunicación

La comunicación es un proceso complejo en el que interviene un emisor que se encarga de transmitir un mensaje a un receptor, a través de un canal, teniendo en cuenta un contexto y utilizando un código preestablecido. Esto genera cierto dinamismo entre emisor y receptor, con una comunicación constante que permite compartir mutuamente las emociones, conocimientos y experiencias.



Para que el mensaje se transmita correctamente, es esencial cumplir dos objetivos: por un lado, conseguir que el mensaje del emisor sea procesado y recibido por el receptor de manera que lo entienda; y, por otro lado, dominar todos los elementos que influyen en el proceso comunicativo. Pero, ¿sabes cuáles son?

  • Elementos verbales: el lenguaje verbal se caracteriza por utilizar la palabra oral o escrita. En este tipo de comunicación se utilizan signos lingüísticos en el mensaje.


  • Elementos no verbales: cerca del 70% de lo que comunicamos se realiza de manera no verbal, por lo que cada vez este tipo de lenguaje tiene más importancia. La expresión corporal, los movimientos de cabeza, las expresiones faciales, la mirada, las muecas y el parpadeo, entre otros, son algunos de los elementos más destacados del lenguaje no verbal.


  • Elementos paraverbales: son aquellos recursos que acompañan la expresión lingüística y ofrecen al receptor la posibilidad de interpretar el significado del mensaje con mayor precisión. Esto es la entonación, el énfasis de la voz, el ritmo, el volumen, los sonidos, los silencios…

A su vez, para que el mensaje sea recibido correctamente por el receptor es esencial tener en cuenta qué manera de comunicar se emplea. Cada forma de comunicar viene determinada, en primer lugar, por las habilidades sociales del individuo y, en segundo lugar, por factores de gran influencia en el proceso comunicativo como pueden ser el tema, el otro interlocutor o el contexto.



El estilo de comunicación que se utilice determinará el vínculo existente entre emisor y receptor. Generar una actitud positiva y de colaboración en quienes participan en el proceso comunicativo, facilitará que el mensaje sea interpretado correctamente, de la misma manera que buscaba el emisor.



Atendiendo a estas formas de comunicación, se pueden emplear tres estilos de comunicación: pasivo, agresivo o asertivo. ¡Descubre las principales características cada uno!



¿Es aconsejable utilizar el estilo pasivo en el trabajo?

En este apartado nos centraremos en establecer las principales características del estilo pasivo. Se entiende como una manera de “no expresarse” y posicionarse a favor de las otras opiniones, a pesar de estar en contra de sus propias creencias.



Las personas que utilizan este estilo de comunicación viven con la permanente necesidad de agradar al resto. Se caracteriza por tener una mayor dificultad para expresar sus sentimientos, emociones o puntos de vista con el fin de evitar cualquier confrontación con otras personas. Este perfil de personas tiene unas características muy definidas:

  • Comunicación suave: utilizan un tono de voz excesivamente bajo, con una entonación monótona, hablando de manera entrecortada y utilizando frases breves.


  • Falta de firmeza en sus opiniones: no muestran seguridad en sus opiniones, permitiendo que los demás interfieran en sus derechos y puntos de vista.


  • Evitan el contacto visual: muestran sensación de debilidad al mirar al suelo mientras hablan con otra persona y adoptan un lenguaje corporal inadecuado.


  • Bajo nivel de autoestima: se encuentran en continuo estado de ansiedad o depresión y tienden a experimentar resentimiento y confusión.

El estilo pasivo no favorece la correcta comunicación, lo que supone un problema importante para las organizaciones, ya que puede generar conflictos en el entorno laboral. Este tipo de personas motivan que los hechos evolucionen por sí mismos, sin clarificar el mensaje que quieren transmitir, provocando así situaciones de descontrol e incertidumbre en la empresa.



Para evitar esto, es determinante animar a las personas a que realicen las aportaciones que deseen, escuchar activamente sus intervenciones e incentivarles para que se sientan partícipes de la toma de decisiones y muestren así un estilo de comunicación más abierto y plural.



¿Por qué evitar el estilo agresivo en el trabajo?

Al contrario que en el estilo pasivo, esta forma de comunicación se caracteriza por expresar hostilmente las necesidades y opiniones. Es propio de personas que tratan de imponer su manera de pensar, ignorando cualquier punto de vista contrario a su pensamiento. Tienen una manera muy característica de conseguir sus propósitos, ya que utilizan amenazas, intimidaciones, reproches, acusaciones, etc.



Estos individuos se caracterizan por mostrar un claro egocentrismo, interrumpiendo constantemente el discurso de las otras personas, dando por hecho que únicamente es válida su forma de pensar.  Tienen una forma de expresarse violenta, se sienten superiores a los demás, muestran una constante intención de humillar y utilizan la manipulación para obtener beneficios personales. ¿Qué rasgos los identifican?

  • Ausencia de escucha: este tipo de personas se limitan a transmitir sus mensajes e ignoran lo que transmiten sus interlocutores.


  • Actitud violenta: transmiten un comportamiento violento y exigente a través de los mecanismos expresivos.


  • Dificultan la libre expresión de los interlocutores: se caracterizan por el uso constante de imperativos, realizan continuas críticas al resto de comportamientos y utilizan expresiones amenazantes.


  • Los componentes paraverbales marcan su forma de comunicarse: muestran una expresión facial tensa; una mirada directa y penetrante que demuestra una actitud desafiante; una postura corporal caracterizada por realizar excesivos gestos; y con una orientación enfrentada respecto al interlocutor.

Este estilo de comunicación limita el intercambio bidireccional en el proceso comunicativo, lo que supone que el feedback del interlocutor sea irrelevante. De esta manera, se generan continuos conflictos interpersonales y situaciones de tensión, enfado y frustración en el entorno laboral. Para poner fin a este tipo de conductas es esencial guiar a estas personas hacia una actitud dialogante, adoptando una manera de comunicación más asertiva.



Estilo asertivo: la manera más adecuada de comunicarse

Aquellas personas que desarrollan la capacidad de expresar sus sentimientos y opiniones de una forma adecuada respetando siempre las ideas y pensamientos de los demás, son quienes utilizan el estilo de comunicación asertivo. Este estilo se entiende como el punto medio entre la comunicación pasiva y la comunicación agresiva.



Se trata de una forma de comunicar eficaz, en la que predomina el uso de la razón, que genera una relación satisfactoria entre interlocutores y, a su vez, es una oportunidad importante para enviar un mensaje claro y respetuoso. Para llevar a cabo este tipo de comunicación es esencial reunir unas características determinadas. ¡Descubre cuáles son!

  • Personas respetuosas y con capacidad de dialogar: se muestran como personas maduras y racionales que respetan el punto de vista de su interlocutor.


  • Capacidad de escucha activa: se esfuerzan en entender el mensaje que transmite el interlocutor, comprendiendo su contexto. Demuestran ser personas empáticas, con la capacidad de ponerse en el lugar del otro.


  • La expresión facial y corporal genera un ambiente distendido: tienen un contacto visual fijo pero no penetrante, una expresión facial que genera tranquilidad y amabilidad, una posición corporal recta sin constantes gestos y están caracterizados por un buen control de sus emociones.


  • Habilidad de comunicación: son personas con voz clara y firme, con una entonación correcta que permite al interlocutor escuchar con facilidad; y con un habla fluido y directo sin interrumpirle.

Se trata de un estilo que entiende a la perfección el contexto y los factores que rodean el proceso comunicativo. Su utilización genera efectos positivos para la salud física y emocional de los participantes, reduce el estrés, genera satisfacción personal y laboral y permite mejorar las habilidades sociales y personales.



Por tanto, el estilo de comunicación asertivo es el único que facilita la relación entre las personas y la manera perfecta para conseguir soluciones satisfactorias para ambas partes. Para definir de manera completa qué es el estilo asertivo y entender por qué es la manera de comunicarse que genera más y mejores beneficios tanto a la organización como al propio talento, haremos referencia a un párrafo de Herbert, G. Lingren: “Hablo porque conozco mis necesidades, dudo porque no conozco las tuyas. Mis palabras vienen de mi experiencia de vida. Tu entendimiento viene de la tuya. Por eso, lo que yo digo, y lo que tú oyes, puede no ser lo mismo. Por lo que si escuchas cuidadosamente, no sólo con tus oídos, sino también con tus ojos y tu corazón, puede ser que logremos comunicarnos”.



Y tú, ¿qué estilo de comunicación utilizas?