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Las nuevas generaciones que se incorporan desde la última década al mercado laboral compondrán el 75% de la fuerza de trabajo global para 2025. En comparación a las generaciones babyboomer y X, los millennials tienen ideas muy distintas sobre cómo debe realizarse el trabajo, además de unas expectativas distintas sobre su vida profesional.

Una de las características principales de esta nueva generación es la consideración de sí mismos como personas que miran hacia el futuro y se ven con habilidades para crear y desarrollar negocios propios que los hagan realizarse personal y profesionalmente.

Este optimismo se traduce en un sentimiento de estima y de gran valía profesional; son personas que se consideran grandes profesionales y es parte de su carta de presentación. Por esta razón, sus expectativas sobre el trabajo son bastante exigentes y ponen el foco sobre la conciliación personal y profesional, reivindicando el reconocimiento y la proyección profesional.

Millennials: nuevo paradigma socioeconómico

Para entender por qué los jóvenes profesionales son tan diferentes de las generaciones previas, es necesario analizar el entorno que nos rodea y las causas que han propiciado esa forma de ser.

La generación millenial comprende a las personas nacidas entre 1980 y 2000. Se trata de una generación caracterizada por el uso continuo de las nuevas tecnologías como un componente más del día a día. Con ellas se comunican, se informan o pasan su tiempo de ocio. En el apartado personal, se caracterizan por tener un sentimiento crítico, ser exigentes, comprometidos y participativos, pero, por el contrario, se les ha etiquetado de ser narcisistas, perezosos y de pensar que la sociedad está en deuda con ellos.

Esta generación de nativos digitales viene al mundo en un contexto socioeconómico complejo y concreto. Los aspectos personales que distinguen a los millennials del resto pueden ser elecciones perfectamente racionales, resultado de cambios cíclicos naturales o consecuencia de los cambios económicos. La situación a la que se enfrentan en términos de economía es muy diferente a la de sus padres. Vivir con estrés y un endeudamiento continuo hace que esta generación tenga problemas para gestionar su dinero.

En base al entorno en el que se desarrolla esta generación, muchos de estos jóvenes deciden guiarse por sus gustos e inquietudes a la hora de elegir los estudios superiores. De esta manera, están un paso más cerca de poder desarrollar una carrera profesional basada en hacer aquello con lo que disfrutan.

La personalidad vocacional

John Holland, investigador y autor de la teoría sobre las personalidades al escoger estudios vocacionales, explica que existen seis tipos de identidades que se asocian con el conjunto de habilidades, intereses y ambientes ocupacionales. Según la combinación de estas, el resultado se puede encuadrar dentro de las siguientes personalidades:

  • Personalidad investigadora: estas personas disfrutan trabajando en actividades que involucren pensar, analizar, organizar y comprender. Están relacionadas con estudios de ciencias y matemáticas. Se decantan más por estudios de ingeniería, agricultura o arquitectura.

     
  • Personalidad emprendedora: prefieren actividades donde puedan asumir una posición de liderazgo frente a un equipo que le permita cumplir los objetivos. Se relaciona con estudios de las áreas de comunicación y liderazgo como administración, ventas o publicidad.

     
  • Personalidad social: aquellas personas que disfrutan trabajando e interactuando con otras con afán solidario, servicial y amistoso. Las carreras que incluyan estudios sociales, educación y periodismo son las más indicadas para esta personalidad.

     
  • Personalidad artística: son las que disfrutan creando gracias a sus ideas abstractas y sus emociones. Las carreras más adecuadas para potenciar estas cualidades son las relacionadas con artes escénicas, plásticas o musicales.

     
  • Personalidad realista: engloba al grupo de personas que disfrutan con actividades que dependan de su habilidad manual. Es un grupo caracterizado por la practicidad, persistencia y capacidades mecánicas, por lo que se les vincula con carreras de ingeniería o arquitectura.

     
  • Personalidad convencional: se decantan por actividades que requieren organizar y manejar datos, trabajando en ambientes que dependan de la sistematización de información.

Razones para escoger carreras más vocacionales

Fruto de la necesidad de realización personal, nace una nueva forma de concebir los estudios superiores. Esta tendencia no está enfocada a conseguir un trabajo en base a la demanda profesional existente o al nivel salarial.

Cursar los estudios en base a una motivación personal ayuda a que el desarrollo de la carrera sea más fructífero que ante una elección condicionada por el entorno.  Esto se debe a la predisposición personal a dedicar el tiempo necesario para investigar, resultado de la suma de los siguientes aspectos:

  • Felicidad: la satisfacción generada por estudiar una carrera que apasiona es una fuente de motivación y realización personal. Junto a estas consecuencias, también contribuye a que se interiorice sencillamente todo lo aprendido en ella.

     
  • Realización: este factor es uno de los más importantes a la hora de decantarse por estudiar una carrera. Todo el resultará apasionante y será inmersivo, extenuante y absorbente. Al final de una jornada de estudio, la auto satisfacción generada por el trabajo bien hecho será lo que prevalezca y empuje a seguir adelante.

     
  • Productividad: la motivación consigue que seas más eficiente en aquello que estudies. Invertir el tiempo y el esfuerzo en algo que genera felicidad implica que dicho trabajo se va a realizar con cuidado y poniendo toda la atención posible.

La importancia de la conciliación entre vocación y demanda

Encontrar un sector laboral muy demandado y que coincida, en mayor o menor medida, con la inclinación vocacional es una suerte que no siempre se consigue tener. La opción para todos aquellos cuyos intereses no coincidan con las necesidades del mercado, es buscar una vía de aproximación entre vocación y demanda profesional.

Las personas con gran interés por el sector tecnológico están de suerte. Las denominadas STEM (Science, Technology, Engineering, Mathematics, en sus siglas en inglés) son áreas de conocimiento con muy buena proyección laboral, tanto en la actualidad como en un futuro cercano.

Por otro lado, la informática cumple una función catalizadora entre los trabajos tradicionales y esta nueva revisión de ellos. El caso de los ilustradores que han realizado la migración del papel a la pantalla es un claro ejemplo de ello.

Pese a ser una generación a la que se le vinculan muchos problemas relacionados con el estrés, la mala gestión de los recursos o la inseguridad sobre su futuro, lo cierto es que su influencia en el entramado empresarial está llevando a cambiar la manera de proceder de las generaciones anteriores.

Los millenials han irrumpido en el mundo laboral con diferentes actitudes, ambiciones y expectativas respecto a sus predecesores. Tienen una forma de concebir el entorno laboral más trascendental, primando la filosofía de employee centricity, la renovación digital, la interacción social del equipo y el aprendizaje mutuo y constante.

Y tú, ¿estudiarías una carrera por vocación o por proyección profesional?