blog_image_3542347B-8DD6-48AE-93FF-021EF3186D20.jpeg
blog_image_3542347B-8DD6-48AE-93FF-021EF3186D20.jpeg

Es común que las grandes compañías multinacionales tengan oficinas ubicadas en diferentes edificios, ciudades, países e incluso continentes. Esto implica trabajar en diversas zonas horarias con múltiples idiomas y culturas diferentes, lo que plantea retos en cuanto a comunicación y liderazgo, entre otros.



En el mercado actual, en que el éxito empresarial depende de la retención del talento y de un alto nivel de satisfacción del empleado (que, a su vez, se traduzca en un alto nivel de satisfacción del cliente), las organizaciones necesitan comunicarse efectivamente con sus trabajadores, independientemente de si conviven todos en una misma localización o están dispersos geográficamente. 



Hoy, la tecnología permite acortar distancias, pero aún así es solo un canal que debe ponerse al servicio de una estrategia de gestión de personas pensada para una organización dispersa, global y progresivamente más diversa, la cual requiere trabajar con especial atención tres momentos claves respecto a los trabajadores: el proceso de incorporación, la formación y la evaluación del desempeño. 

Todo ello poniendo el foco en un elemento básico, el compromiso con la empresa, cuestión que mejora la motivación y la productividad, y asegura una buena experiencia al cliente. 



Tecnología y comunicación

La primera cuestión a considerar para salvar las distancias físicas es la implementación de herramientas de colaboración digital que permitan conectar con los diferentes equipos allá donde estén. Entre los beneficios del uso de la tecnología están el acceso fácil a la información, desde cualquier punto, en cualquier momento; la actualización inmediata de los contenidos y un muy bajo costo. De esta manera, intranets, plataformas de e-learning, blogs y foros son elementos imprescindibles para que todas las personas de la organización compartan una cultura y unos valores comunes y también para que establezcan interrelaciones y compartan conocimientos y buenas prácticas.



A la hora de decidir por el uso de un canal o formato, es bueno “pensar con los cinco sentidos”, por ejemplo, un video resulta más eficaz que un email porque ofrece la posibilidad de ver y escuchar, es decir, hay que tender siempre hacia el formato y el canal que más se acerquen a la comunicación en persona. 



Misión, visión y valores

En cualquier organización, una de las labores prioritarias de los managers es asegurar que la visión a largo plazo y la misión de la empresa sean conocidos por todos los miembros y todos ellos están alineados hacia su consecución. Cualquier cambio debe ser informado a los trabajadores de manera transparente, rápida y eficaz para reajustar ese alineamiento. En este caso, también las nuevas tecnologías de comunicación como la videoconferencia, la intranet o las redes sociales internas han facilitado enormemente el proceso. 



Ahora bien, siempre que sea posible el contacto en persona es bueno aprovecharlo, ayuda a los profesionales a sentirse más conectados con la organización y con los compañeros o directivos, especialmente en el caso de la realización de evaluaciones del desempeño formales o informales.



Sacar partido a la diversidad

Las organizaciones con empleados repartidos en diferentes lugares tienen una mayor diversidad en los perfiles de sus profesionales. La diversidad cultural y lingüística en un mundo globalizado con consumidores también diversos es un claro beneficio para las empresas. Los programas y políticas de gestión de personas pueden ser uniformes sin dejar de ser lo suficientemente flexibles para satisfacer las diferentes necesidades culturales.



El valor de compartir

Ya sea en eventos que reúnan presencialmente a toda la plantilla o haciendo uso nuevamente de la tecnología, hay que potenciar el sentido de pertenencia entre personas que trabajan en diferentes puntos. Compartir momentos (kick offs, reuniones de presentación de resultados, de cierre de ejercicio, formaciones conjunta) es importante para crear comunidad.



Sin duda, una plantilla distribuida en diversos centros de trabajo puede dar lugar a desafíos, por lo que es un reto para los departamentos de Recursos Humanos y las empresas, en general, pero también se puede convertir en una fuente de riqueza interna con una gestión correcta e inclusiva.​​​

Imagen / Pixabay