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“La aversión a su jefe” es la razón más común por la que los empleados dejan su trabajo. Nadie quiere ser ese jefe. ¿Conoces a uno? “El jefe que micro gestiona los detalles más pequeños, se queja constantemente de lo difícil que es su trabajo y no parece entender la parte "constructiva" de la crítica constructiva”, son algunos de los comentarios.

Afortunadamente, ser este tipo de jefe puede ser fácilmente evitado. Puede tomar un poco de esfuerzo de tu parte, pero la adopción de un estilo de gestión constructiva y teniendo los consejos que te dejamos a continuación de corazón mejorará enormemente tu entorno de trabajo.

Si tienes una posición en la que recientemente has sido promovido a un puesto de autoridad (felicidades!) O tienes años de experiencia en un papel de gestión, ¡nunca es demasiado tarde para ser un mejor jefe!. Estos 10 consejos de gestión son un comienzo:

1. Ser un líder, no un dictador

La diferencia entre preguntar y decir es una cruda. Si haces demandas y habla con dureza con los empleados, el resentimiento es una cosa segura. Haz un cambio y maneja las situaciones con respeto. Es probable que tus empleados entiendan lo que deben hacer. Llega regularmente para asegurarse de que están enfocados y pregunta cómo puedes ayudarles a cumplir con sus metas de trabajo personal y objetivos globales de la empresa. Este tipo de estructura de apoyo es más productivo que hacer demandas y micromanaging.

2. Escuchar a tus empleados

Cualquier guía sobre estilos de gestión eficaces te dirá que la comunicación es esencial. Recuerda que mantener las líneas de comunicación abiertas es una calle de dos vías. Para ser un gerente eficaz, es necesario comunicar tus expectativas a los empleados, pero también es necesario dejar que hagan lo mismo. Si tus empleados necesitan apoyo o quieren compartir comentarios, buenos o malos, deberían sentirse cómodos al hacerlo. Presta tu oído y haz un intento honesto de entender su punto de vista. Si acuden a ti con quejas, no los ignores en lugar de ayudar a idear soluciones que abordan el problema raíz.

3. Considérate una parte del equipo

Los gerentes más efectivos entienden que son parte del equipo que manejan. Claro, tú eres el que da directivas y tareas de delegación, pero eso no significa que estás "por encima" de tu equipo. Pensar en ti mismo como "uno más del equipo" te ayudará a entender la mentalidad de tus subordinados y asegurarte de que puedas proporcionar asistencia cuando necesitan apoyo. Si reconoces que tu equipo es una unidad, es fácil ver que deben trabajar juntos y apoyarse unos a otros con sus fortalezas individuales. Eso incluye el tuyo.

4. Contrate al talento adecuado

Los grandes jefes se rodean de talento altamente cualificado en el que pueden confiar para hacer el trabajo. Como líder, tienes que ser capaz de delegar tareas entre tu equipo. Si contratas a las personas adecuadas para dispersar esas tareas, tu trabajo será más fácil, al igual que todos los trabajos de todos los demás en tu equipo. Una red de profesionales talentosos que se apoyan, colaboran y se complementan es la clave para un equipo fuerte.

5. Sea un mentor

Como supervisor, probablemente tienes más experiencia laboral que aquellos que trabajan debajo de usted. En lugar de acaparar su experiencia, ¡comparta! Los empleados te ayudarán a crecer y ampliar tus talentos existentes. Ser un mentor para tus empleados demuestra que te preocupas por su trayectoria profesional más allá de lo que pueden hacer por ti. Si eres un mentor realmente bueno, tus empleados serán mejores para compartir tu experiencia.

6. Liderar con el ejemplo

Puede ser fácil para los gerentes quedarse atrapados en la mentalidad de que deben ser "de gestión" y no involucrarse en las trincheras con sus empleados. Esta es la manera equivocada de ver tu rol. Como el jefe de tu equipo, te toca establecer el estándar. Demuestra cómo quieres que se hagan las cosas en lugar de contarlas. Los empleados son más propensos a respetar a los gerentes que siguen sus propias reglas.

7. Construir confianza

Hay muchas maneras de crear confianza. De hecho, muchos de los otros puntos en esta lista son sobre la confianza y el respeto del empleado. El hecho simple es que los empleados que creen en ti y tus habilidades son más propensos a poner en el esfuerzo. Si te respetan, probablemente también quieran impresionarte con su pasión y dedicación al trabajo.

8. No hagas el tabú de la alabanza

Demasiados jefes pasan su tiempo corrigiendo a los empleados y enseñándoles sobre la manera "correcta" de hacer las cosas, esto logra empleados resentidos. Aunque probablemente no sea una buena idea hacer alabanza la única forma de comunicación con los empleados, no dejes que caiga al borde de la carretera tampoco. ¡Cuando uno de sus empleados hace algo bien, házselo saber! Esto no significa que la crítica constructiva no esté sobre la mesa. Simplemente significa reconocer lo bueno además de áreas para mejorar. Los empleados tienen más probabilidades de prosperar en un ambiente equilibrado que incluye ambos.

9. Establezca metas razonables

Establecer metas para ti y tu equipo es una parte importante de seguir adelante. Un equipo sin metas puede estar perdido. Asegúrate de que tus empleados tengan algo que alcanzar y que comuniquen estos objetivos con ellos. Reuniones de equipo regulares son una gran manera de asegurarse de que todos están en la misma página y que se ha planeado una ruta para el éxito.

10. Fomentar la resolución de problemas

Como jefe, no tienes que resolver cada problema por tu cuenta. Si has estado haciendo las cosas solo hasta ahora, debes reconocer que tus empleados son su mejor activo. Si has contratado personas con talento, tu equipo debe ser autosuficiente a un grado. Son tan capaces de resolver problemas como tú. No debes tener que intervenir constantemente para apagar los incendios si tienes un equipo capaz que te rodea.